Con ayuda de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), María Inés Parra encontró al segundo de cuatro hijos desaparecidos. Se trata de Jorge Enrique González Parra, cuya desaparición ocurrió en abril de 2003 en zona rural del municipio de Cocorná, en el Oriente antioqueño. Pasaron 21 años para que esta madre recibiera de manera digna a su hijo, inhumado en el cementerio de Rionegro como cuerpo no identificado.
“Jorge era campesino, trabajaba en la agricultura y sembraba café, plátano, frijoles, yuca y maíz. Le gustaba la música, le gustaba tocar la guitarra”, recordó María Inés, tras mirar la foto que acompañó el cofre con el cuerpo de su hijo, en el acto de entrega digna desarrollado en Antioquia.
En la imagen, Jorge Enrique está en cuclillas, viste pantalón beige y camisa a rayas. Está sobre un camino de tierra, al lado de una rústica cerca de madera entre cuyos troncos emerge una enredadera con flores de color rosa y naranja. El joven, que tenía 25 años cuando fue desaparecido, deja ver una tímida sonrisa mientras mira a la cámara con sus ojos negros. La foto fue tomada en la finca que abandonó la familia en el municipio de Uramita, también en Antioquia, detalló María Inés.
La familia González Parra tuvo que desplazarse de Uramita a causa del conflicto armado. “Llegamos a Medellín a donde una hermana mía. Luego los dos muchachos mayores consiguieron esa finca por allá (en Cocorná) para sobrevivir. Y de allá nos tocó volver a salir. Con la violencia empezaron a matar mucha gente y en esa cayeron mis hijos”, relató María Inés.
Cuatro búsquedas, dos consuelos
La tragedia de los hermanos González Parra comenzó a finales de los años 90, cuando vivían en zona rural de Cocorná. El primer desaparecido fue José Luis, su caso ocurrió en octubre de 1999. Un grupo armado legal se lo llevó del hospital de Rionegro mientras cuidaba a su hermano Jorge Enrique, quien había sufrido la mordedura de una serpiente.
En abril de 2003, en Cocorná, Jorge Enrique salió a jornalear al campo y nunca regresó. Ese mismo año, el 30 de agosto, desapareció Francisco Javier; y en diciembre, Jorge Emilio luego de que la familia saliera desplazada nuevamente, esta vez al vecino municipio de Sonsón.
Ha sido una búsqueda larga, reconoció con tristeza María Inés, quien agregó: “La Unidad de Búsqueda nos ha apoyado. Para mí representa mucho, por todo lo que yo he luchado para encontrarlos. Gracias a Dios los he ido encontrando uno a uno”.
El cuerpo de Francisco Javier fue recuperado el 15 de diciembre de 2021 por la Unidad de Búsqueda en el cementerio Universal de Medellín, donde estaba inhumado como cuerpo no identificado. La entrega a la familia se realizó en septiembre de 2023, luego de que el Instituto Nacional Medicina Legal confirmara plenamente su identidad.
Por su parte, el cuerpo de Jorge Enrique fue recuperado en marzo de 2024 durante la primera fase de intervención humanitaria integral al cementerio de Rionegro, explicó Gloria Araque, coordinadora del equipo Antioquia de la Unidad de Búsqueda.
En dicha intervención, agregó Araque, la entidad recuperó 19 cuerpos. Este es el primero en ser entregado a su familia, tras confirmar su identidad mediante la verificación de correspondencia de información post mortem. Este proceso se realiza in situ (en el mismo lugar) y hace parte de una metodología innovadora que comenzó a implementar la Unidad de Búsqueda en algunos cementerios del país.
Tras recibir el cuerpo de su hijo, María Inés decidió sepultarlo en un osario al lado de su hermano Francisco Javier. Entre tanto, la Unidad de Búsqueda continúa buscando a José Luis y Jorge Emilio.
Contexto
Entre el 4 y el 14 de marzo de 2024, la Unidad de Búsqueda intervino el cementerio Panteón de la Colina en Rionegro, donde logró la recuperación de 19 cuerpos e inició la ruta de identificación con el Instituto Nacional de Medicina Legal.
En el camposanto aún permanecen 134 cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas en el contexto del conflicto armado, entre cuerpos no identificados y cuerpos identificados no reclamados, los cuales provienen de 24 municipios de Antioquia.
La mayoría son personas desaparecidas en San Francisco, Sonsón, Granada, San Carlos, El Santuario, San Luis, Cocorná y Carmen de Viboral. Otra gran proporción corresponden a otros municipios del Oriente, tales como Abejorral, Argelia, Concepción, Guarne, Guatapé, La Ceja, La Unión, Marinilla, Rionegro y San Vicente. Y los demás, a otras regiones del departamento como Puerto Triunfo en el Magdalena Medio; Dabeiba y Frontino, en el Occidente; y Anorí, en el Nordeste. Estos serán recuperados a lo largo de 2024.
Si una persona considera que su familiar desaparecido podría estar en el cementerio de Rionegro o tiene información que pueda aportar a la búsqueda, puede comunicarse al celular 316 282 3206 o al correo servicioalciudadano@unidadbusqueda.gov.co. La información es confidencial.
El Oriente antioqueño tiene un universo de 3.152 personas dadas por desaparecidas. En Antioquia el registro es de 24.457 personas desaparecidas y en Colombia, de 111.640 personas desaparecidas.