Bajo un cielo gris, que parecía compartir la solemnidad del momento, tres familias chocoanas se reunieron en ceremonias cargadas de memoria y simbolismo.
En un acto liderado por los equipos en Chocó, Urabá y Meta de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), en colaboración con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, los cuerpos de David Córdoba Palacios, Leofanor Córdoba Mosquera y José Efigenio Mosquera Ibargüen regresaron al lugar que nunca debieron abandonar: los brazos de sus familias.
María Yaneth Córdoba Palacios sostenía con fuerza una vela encendida, la luz temblorosa parecía reflejar el alivio y el dolor que cohabitaban en su mirada. Su hermano David, amante de las motos, la fiesta y el buen comer, había desaparecido en 2003, víctima del conflicto armado. Su cuerpo fue hallado en un cementerio de Puerto López, en el Meta, tras años de investigación y una minuciosa identificación genética.

La ceremonia de entrega en Quibdó fue un encuentro con la memoria. Altar de flores, cánticos tradicionales y la compañía de quienes compartieron su dolor llenaron el espacio de un culto profundo. “El dolor de su ausencia nos acompañó por más de dos décadas”, dijo María Yaneth entre lágrimas y agregó: “Hoy, aunque duele, este día representa un día muy importante para nosotros, porque gracias a Dios mi hermano pudo regresar al seno de su familia, a su tierra. Nos sentimos tranquilos porque recibimos ese apoyo de los equipos de la UBPD involucrados en el proceso y ese alivio que nos han dado. Este acto es una señal de que no estábamos solos en nuestra búsqueda”.
A menos de 5 metros, en otra sala de la sede de la Unidad de búsqueda en Quibdó, Encarnación Córdoba González, madre de Leofanor Córdoba Mosquera, participaba también en una ceremonia marcada por las tradiciones afrodescendientes y donde junto con sus hijos y esposo evocaba los momentos más bonitos vividos con su ‘San Pedro’, el nombre que por apodo le pusieron sus padres. Leofanor desapareció en 2006 tras un combate en Riosucio, en Chocó, y su cuerpo fue hallado en el cementerio de Apartadó, en el Urabá antioqueño, donde yació como no identificado por más de una década.
La familia, camino al cementerio, entonó rezos y cantos que marcaban el inicio de su sanación. Encarnación, con voz quebrada, expresó: “Esperamos años para tenerlo de vuelta. Hoy podemos despedirlo como lo merece, con el amor y el respeto de su familia”.

Por otra parte, en el municipio chocoano de Tadó, José Efigenio Mosquera Ibargüen -‘Tongui’, como de cariño le llamaban sus hermanas- también regresó a su tierra, 114 años después. Desaparecido en 2010 tras aceptar un trabajo fuera del pueblo. Su familia nunca perdió la esperanza de hallarlo con vida, pues era costumbre de él ausentarse por tiempos prolongados y aparecer nuevamente, irradiando a todos de su espíritu jocoso. Fue hallado e identificado en Apartadó gracias al cotejo dactiloscópico y las muestras genéticas recolectadas por el Instituto de Medicina Legal.
Ana Siris Mosquera, su sobrina, recordó emocionada: “Hoy ya descansa en nosotros el preguntarnos: ¿Dónde está? ¿cómo está? Porque muerto llegó, pero le vamos a dar una sana sepultura. Ya vamos a tener para irlo a llorar, para hablar con él. No va ser uno más de los que queda perdido”.
Durante la jornada, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas brindó atención psicosocial a los familiares, quienes enfrentaron un proceso profundamente emotivo. Esta labor buscó acompañar a las familias en el duelo y fortalecer su capacidad de afrontar la pérdida desde una perspectiva integral y humanitaria.

Judys Elena Murillo Martínez, coordinadora del equipo de la UBPD en el Chocó, reflexionó sobre el significado de estas entregas dignas en esta época del año: “Esperanza y alivio, es el mensaje que llevamos a las familias de Efigenio, David y Leofanor en la Navidad, en nuestro territorio chocoano. Durante meses, fuimos testigos de la espera de estas tres familias, tras la noticia de la recuperación de sus cuerpos en distintos lugares del país y hoy por fin pudimos entregárselos. Estamos felices porque nos reiteraron: ¡qué bonito regalo de Navidad, gracias Unidad de Búsqueda!”.
Estas entregas dignas, que además fueron culturalmente pertinentes, son un recordatorio del compromiso de la Unidad de Búsqueda con las familias buscadoras y de la importancia de preservar la memoria histórica. Actualmente, la UBPD continúa trabajando en la búsqueda de más de 3.071 personas desaparecidas en el Chocó y de 124.734 en el país que están ausentes debido al conflicto armado. Como lo destacó Murillo Martínez: “La búsqueda es un derecho y un acto de amor. Cada paso que damos hacia la verdad honra a quienes aún faltan por regresar a casa”.
Finalmente, las familias interesadas en iniciar procesos de búsqueda pueden acercarse a las oficinas de la Unidad de Búsqueda en Quibdó, ubicadas en la salle 27 # 6 – 45, o a llamar al teléfono 3154330754. Todos los trámites con la Unidad de Búsqueda son gratuitos, confidenciales y no vinculantes con ningún proceso judicial.