En medio de la incertidumbre y la persistente búsqueda de respuestas, el nombre de Joaquín Perdomo* resuena con fuerza. Su caso se convierte en un emblema de la lucha por encontrar la verdad y la justicia sobre la desaparición de personas en razón del conflicto armado. A Joaquín lo buscaban hace 22 años y, gracias a la articulación entre la Unidad de Búsqueda (UBPD) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), su cuerpo fue entregado a sus familiares.
Tenía 27 cuando desapareció y sus familiares aún recuerdan su rostro, sus rasgos y su peculiar manera de alegrarles la vida solo con su presencia, aunque eso sucediera rara vez. Se hablaba de su participación en operaciones militares, al igual que el esfuerzo de su hermana por hallarlo siendo portavoz de la esperanza incansable de toda su familia, aportando valiosa información y muestras biológicas para su identificación.
Joaquín es una de las 46 personas exhumadas en acciones humanitarias entre las dos entidades en el importante caso de La Unión Peneya, en Caquetá. Diez de ellos fueron rescatados por la UBPD. Sus restos los analizó el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, mostrándonos que la desaparición de Joaquín efectivamente estuvo relacionada con su involucramiento en conflictos armados, incluso falleció a causa de un artefacto explosivo improvisado en medio de hostilidades.
El evento de entrega se desarrolló en Villagarzón (Putumayo), donde asistieron todos los familiares de Joaquín quienes recorrieron las calles hasta su última morada. Portaron un globo blanco en señal de la paz que sienten en un momento como este, porque como lo cuenta su hermana: “Es una alegría finalizar con esta etapa de angustia y un alivio el saber que al fin una partecita de él estará cerca”.
Según la identificación del Instituto de Medicina Legal, los cuerpos recuperados pertenecen a 25 personas que murieron en edad adulta, cuatro eran menores de 18 años y los restantes 17, probablemente, también eran menores de 18 años.
El constante diálogo con familiares y comunidades es clave para avanzar en la búsqueda y garantizar la entrega digna, honrando así la memoria de aquellos que aún aguardan por respuestas.
Para Luz Janeth Forero, directora general de la Unidad de Búsqueda, “este es un ejercicio investigativo que se desarrolló desde la UBPD con un trabajo armónico y articulado con la JEP, que permite mostrar y concretar la paz a través de procesos a favor de las víctimas”.
La historia de Joaquín y de su familia es un recordatorio constante del compromiso de la entidad por buscar humanitaria y extrajudicialmente a las personas dadas por desaparecidas, aliviar el sufrimiento de sus familiares y contribuir a la satisfacción de los derechos que tienen las víctimas a la verdad y la reparación como aporte a la construcción de paz.
*Nombre cambiado por solicitud de la familia.