En medio del frío que cubre un páramo lleno de frailejones y las nubes que, aceleradas, se levantan por el cañón de las montañas, en donde según los ancestros habita el ‘Espíritu del agua’, el equipo de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en Nariño, respaldado por autoridades étnicas, desarrolló acciones humanitarias de prospección y recuperación de cuerpos en los resguardos indígenas Nulpe Medio Alto Río San Juan y Mayasquer, territorios ancestrales ubicados en el sur del departamento y la frontera con Ecuador.
Tres cuerpos de personas dadas por desaparecidas en el contexto del conflicto armado pertenecientes a comunidades indígenas y con identidad orientada fueron recuperados en estos territorios.
La misión humanitaria inició en la vereda Tortugaña, dentro del resguardo Nulpe Medio Alto Río San Juan, en el municipio de Ricaurte (Nariño), en donde se recuperó el cuerpo de Néstor Guanga, un campesino que desapareció en 2012. El ingreso al territorio se realizó a través del poblado de Chical, en Ecuador, gracias al trabajo de relacionamiento con la Cancillería y la presidenta de esa localidad fronteriza y al fortalecimiento de la confianza con las autoridades étnico-territoriales de los resguardos.
Las guardias indígenas de los pueblos Pastos y Awá guiaron el camino con sus bastones de mando, un camino que el equipo recorría por primera vez para encontrar a Néstor en una zona de difícil acceso. Su familia, quien lideró la investigación humanitaria, hizo la solicitud de búsqueda en 2021 ante la UBPD, que a través de su equipo en Nariño siempre le brindó orientación.
La familia de Néstor documentó el caso, levantó mapas y con la ayuda de un celular tomó las coordenadas aproximadas de un sitio de interés forense. La recuperación del cuerpo de este hombre se realizó siguiendo sus tradiciones. De esta manera, se contribuyó al alivio del dolor de sus seres queridos.
La segunda recuperación se realizó en Tallambí, una vereda ubicada en el municipio de Cumbal (Nariño). Esta vez, la luz y la esperanza se hicieron presentes al encontrar, luego de 16 años de búsqueda, el cuerpo de Jesús Alirio Valenzuela Villota, un agricultor y líder indígena muy reconocido en la comunidad de Miraflores del resguardo Gran Cumbal. En un acto simbólico y profundamente sentido, se llevó a cabo esta labor humanitaria en medio de las montañas. Su familia, quien no pudo estar presente, envió cartas con sensibles mensajes para su padre y esposo que fueron leídas en medio del ritual de armonización del territorio.
Finalmente, esta acción humanitaria concluyó en la vereda de San Juan, ubicada en Mayasquer. Allí se logró la recuperación del tercer cuerpo, que pertenece a José Libardo Cuarán Rosero, quien desapareció en 2013. La labor, que fue muy compleja, contó con la colaboración de personas que, organizadas en minga, despejaron el sitio de interés para poder recuperar a don José. Su familia acompañó el proceso con oraciones para elevar al cielo sanación a la madre tierra.
Según Lucy Guamá, investigadora del equipo de la UBPD en Nariño, todo este trabajo implicó un relacionamiento con las autoridades locales de Ecuador como una apuesta de la entidad para la búsqueda en frontera. Además, el relacionamiento con las autoridades étnicas de los resguardos permitió a las comunidades vivir la experiencia del abordaje técnico forense de los cuerpos recuperados, facilitó la participación y la conexión de las familias en la distancia durante el recorrido.
Por su parte, Enrique Cando, regidor del resguardo de Mayasquer, mencionó: “Yo, como autoridad, quedo bastante contento y no quiero que sea la última vez que se hacen estas recuperaciones. Me gustaría seguirles acompañando con toda mi voluntad”.
Esperamos que el trabajo que se adelanta desde la entidad pueda mitigar el dolor en las comunidades y logre armonizar a estos territorios, donde el conflicto armado ha dejado profundas heridas.