A mediados de los años ochenta, la alteración del orden público en el departamento del Vaupés mantenía en vilo no solo a las autoridades locales y departamentales sino también a la población civil. Los hostigamientos y los ataques eran cada vez más frecuentes. Para esa época, Elena*, una indígena de la comunidad Kubeo, había llegado procedente de su resguardo -a cuatro horas de Mitú- junto con su mamá y otros familiares para ganarse la vida. No obstante, las condiciones no permitirían que la joven permaneciera allí por mucho tiempo.
«En esa época, el conflicto armado y el narcotráfico reinaban en el Vaupés. Yo tenía 17 años de edad cuando arribé a Mitú y el miedo era algo que se sentía en la población. Por mi juventud y mi condición de mujer indígena, era acosada todo el tiempo por los combatientes, quienes me amenazaban con abusar de mí y esclavizarme. Todo esto me obligó a huir gracias a unos ahorros que tenía guardados porque sabía que mi vida corría peligro. Inicialmente, mi intención era llegar a Miraflores, en el Guaviare, o a Villavicencio”, expresó Elena.
Su afán de abandonar rápido este lugar y por recomendación de una persona que había conocido en Mitú tiempo atrás, pero que vivía en Santa Marta, la llevó a tomar un avión en 1986 a Bogotá y después un bus a Santa Marta, la capital del departamento del Magdalena.
El único contacto que tenía Elena en esa ciudad le permitió asegurar el alojamiento. Sin embargo, una profunda tristeza la embargaba al no poder contactar a sus seres queridos y contarles lo que le había pasado. Tocar las puertas de la Defensoría del Pueblo, cuatro años después, fue el primer paso que dio para iniciar el proceso de búsqueda.
La difícil comunicación con el Vaupés fue uno de los impedimentos que tuvo Elena cada vez que preguntaba por su caso. Esto la llevó a buscar apoyo en la Personería de Santa Marta, la cual también visitó varias veces sin obtener información.
Al resultar su búsqueda infructuosa, perdió la esperanza de poder reencontrarse algún día con su familia y por eso decidió no hacer más diligencias en otras entidades. para ese entonces, su hijo ya tenía 6 años de edad, una situación que no le permitía trabajar como ella quería, puesto que no tenía quién se lo cuidara.
Acompañamiento de la Unidad de Búsqueda y reencuentro de la familia
En 2023, una luz de esperanza brilló ante los ojos de Elena cuando una persona para la que trabajaba en Barranquilla se interesó por su situación. Luego de indagar y navegar por internet, su allegada se enteró de la existencia de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). Dos semanas después de diligenciar un formato en la página web de la entidad, fue contactada por un funcionario del equipo de la entidad en el Atlántico, quien sostuvo con ella un diálogo inicial y le tomó telefónicamente la solicitud de búsqueda de sus 11 hermanos, todos ellos residenciados en el Vaupés.
«A finales del año pasado se realizó en Santa Marta el diálogo ampliado con Elena, lo que permitió a nuestros servidores avanzar con el proceso de búsqueda. El trabajo articulado de los equipos de la UBPD en el Atlántico y Guaviare y la Secretaría de Gobierno de Mitú -que entregó bases de datos de la población rural del departamento-, y el apoyo de la Organización Nacional Indígena de Colombia, facilitaron la identificación de un representante de la etnia Kubeo. Con ello, se abrió la posibilidad de encontrar a sus seres queridos con vida», manifestó Ella Cecilia del Castillo, coordinadora del equipo de la UBPD en el Atlántico.
El anhelado momento, tanto para Elena como para sus seres queridos, finalmente pudo cristalizarse en mayo pasado. A través de tecnologías de comunicación que acortaron los 1.200 kilómetros de distancia que los separaban, los integrantes de esta familia volvieron a verse y conversar en medio de la alegría y la nostalgia. Si bien el contacto físico no fue posible esta vez, ellos desean que la Unidad de Búsqueda, entidad de la que están inmensamente agradecidos, los apoye para que a corto plazo el sueño de un reencuentro presencial se materialice y de esta manera, por fin, abrazar y besar a sus seres queridos.
A la fecha, la Unidad de Búsqueda tiene un universo de las personas dadas por desaparecidas en el Vaupés de 258; y en Mitú, es de 30. Por su parte, en Colombia el registro llega a 111.640 personas.
*El nombre de la persona fue cambiado por solicitud de ella misma para preservar su seguridad y la de su familia.