«Nosotros soñábamos con esto, con pintar y arreglar la casa para recibir a mi papá cuando regresara. Y él ya está acá, ya estamos completos», expresó Yaneth junto con sus hermanos durante la vigilia del día de la entrega digna del cuerpo de su padre, Gilberto González, desaparecido el 28 de mayo de 2012 en la vereda El Márquez del municipio de Rosas, en el Cauca.
Desde el momento de su desaparición, la familia de Gilberto lo buscó por diferentes medios sin encontrar respuestas. Recorrieron trochas, escarbaron en potreros y tocaron la puerta de diferentes entidades de la justicia ordinaria y de la justicia transicional. Por medio de esta última, bajo la representación de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), empezaron a obtener las respuestas que estaban esperando. Durante una audiencia, firmantes del Acuerdo de Paz entregaron la que podría ser la ubicación de su cuerpo sin vida.

Con el apoyo de las autoridades campesinas territoriales, la investigación humanitaria y extrajudicial que realizó la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) permitió encontrar el punto exacto y posteriormente realizar la recuperación del cuerpo a finales de julio de 2025.
«Las juntas de acción comunal jugaron un papel muy importante también para el acompañamiento de la Unidad de Búsqueda, ese acompañamiento permitió que pudiéramos recuperar con mayor agilidad el cuerpo de don Gilberto González. Hoy nos encontramos precisamente dignificando ese acompañamiento, dignificando una comunidad y dignificando una familia», expresó Harlen Beltrán, investigador integral de la Unidad de Búsqueda en el Cauca.
El cuerpo recuperado fue trasladado al Centro de Abordaje Integral de la UBPD en Bogotá y al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para agilizar su identificación. La información recopilada, las estructuras óseas y demás elementos asociados permitían soñar con una identificación más ágil de lo habitual.
Dos semanas más tarde, el corredor que la comunidad de Rosas hizo para despedir el cuerpo de Gilberto y agradecer al grupo forense que les había dado respuesta, volvió a abrirse, pero esta vez para darles la bienvenida y con ello empezar el acto solemne de entrega culturalmente pertinente.
«Hemos podido volver a traer a don Gilberto a su tierra, a su casa, después de 13 años de haber estado desaparecido para su familia. Queremos agradecer la generosidad, la humanidad que ha tenido la familia con la Unidad de Búsqueda, también la comunidad quienes han visto en nosotros una institución que les ha permitido y les ha regresado la esperanza de creer en la paz”, afirmó Óscar Montero, coordinador de la Unidad de Búsqueda en el Cauca.

Familias sanguíneas y sociales se acercaron a la finca de Gilberto para recibirle y acompañar a su familia. Prepararon alimentos y arreglaron un altar según sus saberes y tradiciones para celebrar la bienvenida del vecino que estuvieron esperando por más de una década.
«Ya se encuentra con su familia y ese es un alivio, un alivio que a todos nos llena. estamos acompañando, desde el corazón, con todo respeto”, comentó Katherin Díaz, vecina de la vereda Ufugú Rosas, en el Cauca.
Para avanzar en la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas, la entidad cuenta con el apoyo de diferentes actores nacionales e internacionales. En este caso fue necesario el acompañamiento de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), en asocio con la Fundación Triángulo y Caribe Afirmativo, como parte de la implementación de la fase II del proyecto ‘Apoyo a la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado en Colombia en el marco de los Planes Regionales de Búsqueda de Valle de Pubenza y Tierradentro y Valle del Patía y Macizo colombiano en el Cauca’.

«Con esta recuperación y entrega digna de don Gilberto González, le estamos demostrando a Rosas y a los municipios de los Planes Regionales del Valle del Patía y Macizo Colombiano y al Valle de Pubenza y Tierradentro que sí se puede y que la búsqueda se debe hacer con las familias y con la comunidad. Sin ese apoyo, sin esa mano solidaria, esa mano comprometida, es muy difícil. Esto hace parte de la reparación simbólica que necesitan las familias y comunidades», agregó Fabiana Carvajal, investigadora del proyecto AEXCID para la Unidad de Búsqueda.