Hermes* llega a la sala con ayuda de un bastón. Por su edad y estado de salud, le cuesta caminar. Con el otro brazo se sostiene de su esposa. Ella lo guía hasta la silla. Ambos llevan casi cincuenta años de casados y casi dos décadas sin ver a Ismael*, su hijo. “Llevamos desde el 2006 buscándolo”, comenta la mujer.
Durante la última semana del mes de junio, funcionarios de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) en Caquetá realizaron una correría por los municipios de Cartagena del Chairá, El Paujil, Puerto Rico y San Vicente del Caguán para tomar muestras de ADN a través de la sangre y la saliva de personas buscadoras asociadas a las solicitudes de búsqueda del Plan Regional de Búsqueda Caquetá Norte, las cuales habían sido registradas, inicialmente, vía telefónica.
Reconociendo el enfoque diferencial de curso de vida, habitualmente el equipo de la Unidad de Búsqueda suele realizar jornadas de toma de muestras de ADN en los domicilios de personas mayores, con movilidad reducida o problemas de salud. Sin embargo, en esta ocasión, y por razones de seguridad, el desplazamiento solo pudo realizarse hasta los domicilios de las cabeceras municipales.
Para el caso de Hermes y su esposa, que viven en una vereda lejana, la UBPD garantizó el traslado. Ambos abordaron una camioneta que los transportó durante tres horas desde su vereda hasta la cabecera de San Vicente del Caguán con el objetivo de entregar la muestra de sangre de cada uno y describir en detalle las características físicas y señales particulares de Ismael.
Además de ellos, varias familias buscadoras de los municipios del norte del Caquetá pudieron avanzar con el proceso de identificación humana, el cual es uno de los pasos importantes en el camino para encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
En este paso, además de aportar material biológico y genético, las familias entregaron fotografías de sus seres queridos, documentos médicos disponibles en el archivo familiar y descripciones orales de la morfología o de señales particulares como fracturas, cicatrices, tatuajes u otros rasgos.
“Él era noble. Jugábamos, compartíamos muchas cosas. ¿Usted se puede imaginar el dolor tan grande que siente uno al perder a un hijo? Todavía lo siento, todavía me duele. Estoy buscando a mi hijo hace 20 años”, le cuenta a la UBPD una de las madres buscadoras. “La muestra de sangre, creo que aprendí, es muy necesaria. Es una señal para encontrar el cadáver o la persona viva», concluye.
Los funcionarios de la UBPD también socializaron el mandato humanitario y extrajudicial de la entidad con cada uno de las perdonas que entregaron muestra de ADN y realizaron charlas pedagógicas que despejaron varias dudas y prejuicios que a menudo surgen en el proceso de búsqueda.
Juan, un padre de familia, pensaba que la búsqueda de su hijo no era posible desde su municipio porque ellos vivían en Caquetá, pero la desaparición había ocurrido en el Huila. Estella pensaba que su caso no era de competencia de la Unidad de Búsqueda porque sospechaba que su hermano estaba vivo. Francisca temía que la UBPD negara la búsqueda por estar divorciada de su ser querido desaparecido. Todas esas inquietudes fueron resueltas; y las solicitudes de búsqueda, recibidas y documentadas.
“Esto es una bendición, yo tengo toda la fe puesta en que voy a encontrar a mi hijo por medio de la muestra de sangre y de todo esto», cuenta otra de las madres del Caquetá que busca a su hijo.
El Plan Regional de Búsqueda Caquetá Norte, el cual comprende los municipios de Cartagena del Chairá, San Vicente del Caguán, Paujil, Doncello y Puerto Rico, ha recogido alrededor de 200 muestras de ADN asociadas a las solicitudes de búsqueda que, para el caso de este plan, son 460 en total y responden a un universo de 1.065 personas hasta la fecha. La Unidad de Búsqueda hace un llamado para que todas las personas buscadoras aporten su muestra de ADN y avancen con su camino de la búsqueda.
*Por seguridad, los nombres fueron cambiados.