El trabajo articulado de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Fiscalía General de la Nación hizo posible el retorno del cuerpo de César* al lecho de su familia en la ciudad de Florencia, Caquetá.
Algunos de los familiares afirman que lo vieron por última vez en el 2001 cuando salió de su residencia en el municipio de Curillo para trabajar en el arreglo de unas mesas de billar.
Al parecer, César viajó hasta Florencia para hacer algunas compras. Habría tomado la carretera de regreso, pero hizo una parada en el municipio de Belén de los Andaquíes. Otra versión afirma que más tarde lo vieron esperar el bus en el centro de San José de Fragua. Su hijo lo buscó en Belén, donde recibió información por parte de los habitantes que afirmaron que miembros de un grupo armado ilegal que tenía presencia en la zona se lo habrían llevado.
Después de tocar puertas sin recibir respuesta y con el temor natural de vivir en una zona en medio del conflicto armado, en el 2004 su esposa interpuso una primera denuncia penal. En ese momento el Grupo interno de trabajo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas (GRUBE) de la Fiscalía inició trabajos para encontrarlo.
La desaparición ocurrió durante un contexto álgido de violencia en el Caquetá. Para entonces, uno de los ocho brazos paramilitares del Bloque Central Bolívar, el denominado Frente Sur Andaquíes, ya se había extendido por 12 de los 16 municipios de Caquetá e instalado una de sus bases de mando en la vía que conecta a Albania con Curillo.
Las versiones libres de Carlos Mario Jimenez, alias ‘Macaco’, máximo comandante paramilitar del Bloque Central Bolívar, y de comandantes del Frente Sur Andaquíes ante los tribunales aportaron la información inicial que permitió al GRUBE definir que el cuerpo de César habría sido dispuesto en una vereda de Albania. Hasta el momento de su desaparición, él nunca había tenido amenazas de ningún tipo.
La recuperación del cuerpo ocurrió en el 2008, un par de años después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia y la comparecencia de sus miembros ante la justicia, en el marco de la entonces Ley de Justicia y Paz del 2005.
Sin embargo, hasta el 2021, ninguno de los familiares había recibido información de César pues no había sido posible la identificación genética. Fue así que una de las hijas escuchó por radio la existencia de la Unidad de Búsqueda y decidió presentar su solicitud. Tras la plena identificación, la UBPD y la Fiscalía aunaron esfuerzos para llevar a cabo la entrega digna del cuerpo de César a sus familiares.
El proceso de entrega digna se llevó a cabo en la mañana del pasado 13 de febrero en Florencia. Allí, además de recibir el cuerpo de su ser querido, las hijas y la esposa escucharon la historia de lo acaecido narrada por los expertos forenses que participaron en el proceso de búsqueda.
Las explicaciones incluyeron la forma de inhumación, las posibles causas de la muerte y el proceso que se llevó a cabo para prospectar la tierra y recuperar el cuerpo, así como la cronología de la investigación. “Me duele, tengo rabia, pero al menos ya tengo la verdad de lo que pasó con mi papá”, dice entre el llanto la hija que lideró la búsqueda ante la UBPD.
La familia tuvo la oportunidad de velar el cuerpo de César en su residencia. Al día siguiente, se llevó a cabo una misa y un acto fúnebre.
Este es uno de los casos en los que la articulación institucional logra dar respuesta a las familias buscadoras. El universo de personas que siguen desaparecidas actualmente en Caquetá es de aproximadamente 4.445, acorde con los últimos datos registrados por la UBPD.
*El nombre fue cambiado por petición de la familia.