«Yo tenía dos añitos cuando dejé de ver a mi mamá. Gracias a ella y a mi abuela por tener la valentía de dar conmigo. Desde que tengo uso de razón soñé con este día. Hoy, gracias a mi Dios y a este grupo tan maravilloso de la Unidad de Búsqueda, nos volvemos a encontrar después de 23 años». Con estas palabras, Yoneider Martínez Úsuga, persona encontrada con vida, inició el emotivo relato de su reencuentro con su familia materna.
La cita para el reencuentro estaba programada para las 10 de la mañana. Yoneider y sus acompañantes llegaron puntual, tras un recorrido que comenzó en la Comunidad de Paz Las Camelias, perteneciente al Consejo Comunitario de la Cuenca del río Curbaradó, en el municipio de Carmen del Darién, en el Chocó; y que finalizó en el municipio de Apartadó, en Antioquia. El espacio fue preparado por el equipo de la UBPD en el Urabá con media hora de antelación para evitar un encuentro casual con su madre, Luz Esneida, y el resto de la familia.
Del otro lado, la ansiedad era palpable. Luz Esneida comenzó a llamar a Luisa, funcionaria de la UBPD, media hora antes del encuentro para preguntar si ya podía llegar. Aunque había esperado 23 años, confesó que las últimas horas se le habían hecho eternas.
Una vez en el lugar, y con cada grupo por separado, se realizó una preparación psicosocial para disponer mente, cuerpo y corazón. En espacios distintos, se les mostró un video hecho con fotografías de su familiar, en el que madre e hijo se dirigían palabras mutuamente, contando un poco sobre sus vidas antes del reencuentro. Fue un momento emotivo: en cuartos contiguos, lloraron al verse a través de las imágenes y al escuchar sus voces. Para Luz Esneida, que recordaba a un niño rubio de dos años, y para Yoneider, que no sabía cómo era su madre, fue como verse por primera vez.

Llegó el momento tan esperado. Yoneider pidió ser llevado primero con su madre y con sus hermanos, a los que no conocía en totalidad porque desconocía que nacieron más durante los años de su ausencia. Al abrir la puerta, lo primero que vio fueron los ojos de Luz Esneida. Ella, al reconocerlo, se lanzó a sus brazos en un abrazo tan fuerte y prolongado que parecían fundirse en uno solo. Entre lágrimas, le susurró: «Hijo, yo no te abandoné». El abrazo duró más de dos minutos, mientras sus tres hermanos, Lizeth (18 años), Ángel Daniel (14) y Mary Seleny (12), se acercaban tímidamente, con los sentimientos a flor de piel. Luego, los cinco se quedaron a solas, iniciando el dulce proceso de reenconocerse.
Después llegó el turno de la abuela materna, Gloria, quien había criado a Yoneider desde los tres meses hasta su desaparición. Al ver a su nieto, rompió en llanto. Este fue también el momento en que se encontraron ambas familias: Luz Esneida volvió a ver al padre de su hijo y la familia paterna de Yoneider se reunió con la materna. Fue un instante de emociones encontradas, en el que el perdón fue clave para que todo se desarrollara en paz y tranquilidad.
Luz Esneida tuvo a su hijo Yoneider después de haber sido vinculada a un grupo armado siendo menor de edad. A pesar de hacer todo lo posible por cuidarlo, tuvo que dejarlo al cuidado de su propia madre, Gloria. Un día decidieron presentarlo a sus abuelos paternos y dejarlo temporalmente con ellos. Sin embargo, las condiciones de seguridad derivadas del conflicto armado generaron desplazamientos y cambios abruptos y la familia perdió todo contacto con los abuelos paternos.

Años después, logró reincorporarse a la vida civil, pero desconocía el paradero de su hijo. Junto con su madre, inició una búsqueda silenciosa. Más adelante, Gloria se unió a la red de mujeres buscadoras del Sur de Urabá, hoy llamadas ‘Colibríes por la Verdad y la Vida’, quienes formalizaron la solicitud de búsqueda ante la UBPD.
La investigación avanzó hasta que Luisa Fernanda Gutiérrez Rodríguez, funcionaria de la UBPD, encontró información clave. «Nos vimos con la familia de Yoneider en la Comunidad de Paz Las Camelias y allí nos dimos cuenta de que muchos de los datos aportados coincidían con los entregados por su madre y su abuela cuando hicieron la solicitud de búsqueda. Estos datos sociales, sumados a otros consultados en bases de datos, fueron claves para confirmar que nos hallábamos ante un caso de una persona encontrada con vida».
Un nuevo comienzo
Después de 23 años, Yoneider cumple el sueño de reencontrarse con su madre, conocer a tres hermanos y encontrarse con otra abuela. Luz Esneida vuelve a abrazar a su hijo, conoce a su nuera y a su nieto, le cuenta lo sucedido y escucha cómo ha sido la vida de este joven durante más de dos décadas. Gloria, la abuela materna, recupera al nieto que crió y comparte con él el cariño acumulado a lo largo de los años. Todos descubren, con emoción, que son una familia más grande de lo que imaginaban.

Este esfuerzo hace parte de una acción humanitaria que busca garantizar el derecho a la verdad y a la memoria en el contexto del conflicto armado en Colombia. Por ello, se invita a todas las personas que tengan familiares desaparecidos o información que permita encontrarlos a comunicarse a la línea telefónica 3162842561. La búsqueda nos une.