Entregar dignamente un cuerpo a su familia, tras años de desaparición, exige condiciones específicas. La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) contacta a los familiares, prepara el espacio acorde a sus prácticas culturales, explica con base técnica y científica lo ocurrido con la persona desaparecida, y, sobre todo, acompaña a los seres queridos durante la entrega e inhumación. En un momento marcado, en muchos casos, por el dolor y la posibilidad de cierre.
En el caso de Julio César, solo una parte de ese camino pudo completarse. Su familia y otros allegados que acompañaron el acto de entrega digna, liderado por la Unidad de Búsqueda, no pudieron asistir a la inhumación de su ser querido. Las difíciles condiciones de seguridad y orden público que existen en la zona rural de Tuluá, donde era oriundo, lo impidieron.
«Este hecho evidencia los desafíos que persisten en los territorios para garantizar el derecho a la verdad y la dignidad», resalta Marcela Rodríguez, investigadora humanitaria de la Unidad de Búsqueda en el Valle del Cauca.

La situación en Tuluá lo confirma. Es uno de los territorios con mayores restricciones para adelantar procesos de búsqueda humanitaria, recuperación e inhumación de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado. Rodríguez insiste: «Reiteramos la necesidad de contar con accesos seguros en todo el Valle del Cauca para continuar la búsqueda y disposición digna de quienes aún permanecen desaparecidos».
Julio César desapareció en 2011. Falleció en medio de hostilidades en zona rural de Buga, también en el Valle del Cauca. Su cuerpo fue inhumado por el Estado en el cementerio de ese municipio. Permaneció allí, sin ser reclamado por razones de seguridad, sin un adiós de su familia, hasta que su identidad se pudo establecer gracias a las pruebas genéticas que demostraron su parentesco con sus hermanos.

Encontrar a Julio César con su familia fue posible gracias al trabajo articulado entre la Unidad de Búsqueda y la Corporación Humanitaria Reencuentros. En una estrategia de mesas de diálogo permanente, un firmante de paz brindó un dato clave sobre un bombardeo ocurrido en zona rural de Buga en 2011. Eso permitió reconstruir los hechos y revisar los registros de las personas inhumadas ese día en el cementerio municipal. Una de ellas era Julio César.
«Dimos con la familia en los encuentros que convoca la Unidad de Búsqueda y la Corporación Humanitaria Reencuentros, en donde se exponen los casos en los que estamos trabajando. Allí apareció el nombre de Julio César, junto con el de otros compañeros que murieron en las mismas circunstancias», afirmó Sandra Milena Morales, miembro de la corporación.
Una de las acciones que se llevó a cabo fue el proceso de verificación por correspondencia, que consiste en comparar la información de la investigación humanitaria y extrajudicial —incluidos datos entregados por las familias, necropsias, características físicas y otras informaciones recolectadas por el equipo de la UBPD— con los cuerpos recuperados de las personas dadas por desaparecidas.

En varios cementerios del Valle del Cauca hay cuerpos inhumados bajo lo que se conoce como una hipótesis de identidad orientada. Esa clasificación permite a la Unidad de Búsqueda cruzar información y establecer vínculos con familiares que aún buscan a sus seres queridos. Muchos de ellos con la esperanza de encontrarlos con vida.
Si usted tiene un ser querido desaparecido en el contexto del conflicto armado antes del 1 de diciembre de 2016, puede radicar de manera gratuita una solicitud de búsqueda en las oficinas de la UBPD en el Valle del Cauca, ubicadas en la ciudad de Cali (carrera 43A # 5A – 90, barrio Tequendama), o por la línea telefónica 3162783057. La información recibida es confidencial y extrajudicial y se usa exclusivamente con fines humanitarios, para garantizar el derecho a la verdad y contribuir al reencuentro con las personas desaparecidas.