Una familia del municipio de San Onofre, en Sucre, recibió dignamente el cuerpo de su hijo, quien desapareció hace 23 años en esa población cuando tenía 17 años.
El cuerpo de Javier Enrique Julio Wilches fue entregado en un acto solemne en la zona urbana de San Onofre, en una acción humanitaria que articuló a la Fiscalía General de la Nación, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Unidad para las Víctimas, el hospital del municipio y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).
La entrega es uno de los frutos de la jornada masiva de toma de muestras biológicas a familiares que la Unidad de Búsqueda desarrolló en 2021 en diferentes municipios de Sucre y Bolívar, como parte del Plan de Búsqueda Estratégico diseñado en el marco de la medida cautelar de San Onofre emitida por la JEP.
Esa jornada implementó la estrategia de ‘Impulso a la identificación de personas desaparecidas’, que está en marcha en la UBPD desde 2019 y que consiste en llevar a cabo acciones que permitan establecer la identidad de cuerpos que han entrado al sistema médico-legal.
El registro oficial de Medicina Legal indica que en Colombia reposan más de 25.000 cuerpos no identificados. Lo que busca la estrategia es determinar cuáles de ellos corresponden a personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado.
En el caso de Javier, su cuerpo fue recuperado en 2005 por la Fiscalía en el corregimiento Las Brisas de San Onofre y en 2021 la Unidad de Búsqueda tomó muestras de sangre a sus padres para luego hacer la comparación genética. Esa acción humanitaria fue desarrollada en implementación del Plan Regional de Búsqueda Montes de María y Morrosquillo, que busca a cerca de 1.500 personas dadas por desaparecidas.
El nombre de Javier Enrique fue uno de los documentados en el marco de las medidas cautelares emitidas por la JEP, a partir de informes de organizaciones de la sociedad civil como el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) – capítulo Sucre, lo que garantizó un proceso de búsqueda participativo.
La entrega digna del cuerpo de Javier Enrique se cumplió al término de una ceremonia religiosa y de actos simbólicos en los que su familia dignificó su memoria por medio de mensajes y fotografías. El cuerpo de este joven reposa ahora en el Cementerio Central de San Onofre.