“Si la palabra resiliencia tuviera que plasmarse en una imagen, sería en la imagen de la mujer buscadora”, así describe Andrea Trujillo Campos el significado que para ella tiene la labor que realizan a diario las miles de mujeres que buscan a sus seres queridos en Colombia.
Andrea es habitante de Teruel, en el Huila, y es firmante del Acuerdo de Paz. También es víctima del hecho de desaparición desde el 16 de septiembre del 2005, cuando en casa, ella y su familia, perdieron el rastro de Jose Antonio Trujillo Campos, su hermano.
La búsqueda que por más de 19 años ha liderado Andrea, durante mucho tiempo en silencio y de manera solitaria, hoy la realiza de la mano de organizaciones sociales, otras mujeres buscadoras y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). En este proceso está comprometida con aportar información que contribuya a dar con el paradero de personas desaparecidas.
“Ser mujer buscadora, pero también ser buscadora firmante y compareciente es, para mí, en lo personal, algo sanador. Como yo conozco ese dolor, es mi compromiso y mi sanación hacer lo posible para que esas personas encuentren esa parte que están buscando, que les duele, que les lastima todavía su tranquilidad”, reconoció.
La Ley 2364 del 2024 que entró en vigor el 18 de junio de 2024, luego de su ratificación en el Congreso de la República, define a las mujeres buscadoras como aquellas que se dedican de forma individual o colectiva y de manera continua y sustancial a la búsqueda de víctimas de desaparición forzada.
Esta norma tiene como objetivo reconocer a las mujeres buscadoras como constructoras de paz y sujetos de especial protección constitucional. Por lo tanto, adopta medidas que permitan garantizar diversos derechos, incluyendo acceso a la administración de justicia, información, verdad y memoria histórica, reparación integral, reconocimiento público de su labor, protección y seguridad en la búsqueda, atención psicosocial diferenciada, apoyos económicos no condicionados, derecho al buen nombre, unidad familiar, entre otros.
De acuerdo con Diego Sevilla Cortés, coordinador de la Unidad de Búsqueda en el Huila, el 23 de octubre es una oportunidad para recordarles a las más de 21.000 mujeres buscadoras en el país que esta entidad continuará y acompañará aquella búsqueda, que desde hace décadas madres, hijas, hermanas y abuelas han adelantado para encontrar a sus desaparecidos, investigando por su propia cuenta, sin encontrar respuestas, en cuerpos de agua, montañas, en morgues y en distintos lugares, bajo la premisa de no parar hasta encontrarlos.
Para Ángela Cordón, investigadora humanitaria de la Unidad de Búsqueda en el Huila y víctima de desaparición desde 2003, cuando ella y su familia dejaron de tener noticias sobre el paradero de su padre Guillermo y de su tío Reynaldo Cordón, esta fecha significa “aliento y esperanza”. Es la posibilidad de reivindicar y proteger los derechos de las mujeres y reconocer el arduo trabajo que durante años han hecho por visibilizar y no olvidar a sus seres queridos.
Al 30 de septiembre de 2024, el Sistema de Información de la Unidad de Búsqueda regista 21.028 mujeres buscadoras en Colombia, entre ellas 1.509 mujeres afrocolombianas, 1.257 indígenas y 3.595 se reconocen como campesinas. La mayor parte de las buscadoras son mujeres adultas, con 2.698 registradas en esta categoría, seguidas por 1.577 mujeres mayoras.
Pueden comunicarse con la UBPD desde cualquier lugar del Huila a través de la línea celular 3160174564 o del correo electrónico correspondenciagitthuila@unidadbusqueda.gov.co. La información proporcionada será tratada con total confidencialidad y extrajudicialidad, siempre con el objetivo de contribuir a la búsqueda humanitaria.