Con el propósito de fortalecer las capacidades de las familias buscadoras y escuchar los retos de la búsqueda humanitaria desde el exterior, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), con el apoyo de la Cancillería y la Embajada de Colombia en España, realizaron en Madrid el encuentro internacional “Colombia tras las fronteras: rompiendo el silencio de la desaparición”.
Allí se dieron cita organizaciones civiles de personas buscadoras como el Grupo Europa Abya Yala -que reúne a familiares buscadoras colombianas que residen en diferentes países europeos-, el cuerpo diplomático del país en Francia y España, académicos, periodistas y personas interesadas en conocer el proceso de búsqueda humanitaria y extrajudicial en Colombia.
En la apertura del evento, la directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Janeth Forero Martínez, reconoció el trabajo que vienen adelantando desde el exterior organizaciones como Abya Yala y mencionó la importancia de seguir acompañando el proceso de búsqueda de aquellos colombianos y colombianas que están en el exilio. “La esperanza, la resiliencia y la resistencia de quienes buscan desde fuera de Colombia son el motor de la UBPD para cumplir con el compromiso ético que nos delegó el Acuerdo de Paz y la historia misma. La búsqueda no solo es técnica o investigación forense. Es memoria, son símbolos y es esperanza. Este encuentro nos permite reconocer esos elementos”.
Entre las diferentes violencias que se han presentado en medio del conflicto armado colombiano está el exilio. Miles de familias se vieron obligadas a dejar el país para huir de distintos actores armados, encontrar refugio y rehacer sus vidas alejados de sus seres queridos. Sin embargo, y pese a la distancia, existe un grupo de colombianas y colombianos en el exterior que mueven cielo y tierra en busca de sus familiares desaparecidos durante la guerra.
Según el registro de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), en Colombia existen 132.877 personas desaparecidas por el conflicto armado y más de 44.000 personas que les buscan. De esa segunda cifra, a la fecha, hay 446 connacionales fuera del país con la esperanza de encontrar a 437 de sus familiares ausentes. La mayoría de las buscadoras y buscadores en el exterior se encuentran en Latinoamérica y el Caribe (207), Europa (149) y Norteamérica (82).
Por su parte, el embajador de Colombia en España, Eduardo Ávila Navarrete, saludó a las familias colombianas que buscan a sus desaparecidos desde el exilio y resaltó las historias de valentía que se esconde en cada caso. “Más allá de las cifras, lo que nos interpela es el drama humano que cada número representa: familias que viven en el dolor y la incertidumbre de saber sobre sus desaparecidos. Han soportado durante años y décadas el peso de la ausencia. Como embajador, quiero subrayar la realidad que enfrentan muchas víctimas en el exilio en España, la distancia se convierte en una carga adicional. Reconozco profundamente el esfuerzo de la UBPD por fortalecer la relación con las víctimas colombianas en el exterior. La búsqueda no conoce fronteras”.
Rodrigo Restrepo, integrante de Grupo Europa Abya Yala, exiliado en Francia y quien busca a su hermana Martha Gisella Restrepo, desaparecida en 1981, expuso los retos y desafíos de la búsqueda desde el exilio, dando énfasis en la distancia. “Sigue siendo un asunto complejo y doloroso. Se han dado avances, pero sigue pesando mucho estar por fuera de Colombia. La distancia entre nosotros, por encontrarnos dispersos en el mundo, nos aleja de las herramientas que necesitamos para la búsqueda, pese a la escucha y la tecnología. La distancia nos agobia”.
El embajador de Colombia en Francia, Alfonso Prada Gil, también participó en el encuentro y reafirmó el compromiso del Estado colombiano, y en particular de las embajadas, en la búsqueda humanitaria y extrajudicial de quienes están en el exilio. “Esta labor está íntimamente ligada a la defensa de los derechos humanos en todo el planeta. Nos hemos conectado para despertar un interés en la búsqueda. Hacemos un reconocimiento a las personas buscadoras. Celebro este evento”.
Nelson Restrepo, director de Derechos Humanos de la Cancillería de Colombia, quien también se unió a la serie de apoyos a la búsqueda humanitaria desde el exilio. “Estamos en operación sisirí. Hacemos parte de esta lucha. No solo nos interesa comentar y hablar sobre la desaparición, es una lucha de los colombianos que estamos en el exilio: 1.875.000 compatriotas. Hay una Colombia en el exilio”.
El exilio y la memoria
Durante el encuentro se abrió un espacio para dialogar acerca de la importancia del testimonio y la memoria en los procesos de búsqueda, pues se trata de información valiosa que contribuye a dar con la verdad de lo ocurrido con las personas desaparecidas y otorga dignidad a la persona que busca. En ese espacio intervino Emilio Silva Barrera, nieto del primer desaparecido del Partido Republicano en España que fue identificado gracias a la genética, mencionó que no hablar de la memoria es perpetuar silencios o dolores que duran años, incluso décadas. “Soy nieto de un desaparecido, pero hijo del trauma. Muchas veces, cuando se habla en contra de la memoria, se dice que los hechos ocurrieron hace tanto y que no vienen al cuento. Se nos educó para esconder esa memoria. Pero la memoria es la recuperación del significado”.
Acerca del tema, el fotoperiodista sevillano Santi Donaire, quien ha acompañado procesos de búsqueda de víctimas de desaparición en la época del Franquismo en España y que publicó el libro ‘Punto ciego’, expresó que: “El testimonio le da contenido a la historia, le da contenido humano. La gente ha estado callada, ha vivido en silencio. Hay una cosa básica y es hablar de lo que ocurrió”.
Por su parte, Alba Lucero López, buscadora colombiana que se encuentra exiliada en Bélgica e integrante de Abya Yala, señala que la memoria de las personas buscadoras en el exterior no está atada a un territorio. “Necesitamos reconstruir la memoria histórica porque la memoria no depende de un territorio. Es una práctica viva que viaja con quienes fuimos obligados a salir del país. La búsqueda de nuestros desaparecidos se nos volvió transnacional, porque la verdad no tiene fronteras”.
Fortalecer la búsqueda desde el exterior
En el encuentro también hubo espacio para el aprendizaje de procesos y protocolos indispensables para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. Las familias que componen el Grupo Europa Abya Yala recibieron una capacitación acerca de la toma de muestras de sangre para la identificación a partir del ADN y aclararon sus dudas acerca de la documentación de información necesaria para empezar un proceso de búsqueda.
Adriana Quintero, integrante del Grupo Europa Abya Yala, exiliada en Suecia y buscadora de siete personas desaparecidas por el conflicto armado en Antioquia, destacó que la jornada de capacitación de la UBPD fuese el escenario para aclarar dudas acerca de los protocolos de toma de muestras de ADN y la recolección de información.
Libia Franco, también integrante de Abya Yala, exiliada en España y buscadora de sus padres, desaparecidos en la frontera entre Colombia y Venezuela, afirmó que este tipo de espacios son necesarios para fortalecer las capacidades de las organizaciones de víctimas del conflicto armado y de personas que buscan a sus desaparecidos desde el exterior.
En medio del encuentro, la directora de la Unidad de Búsqueda participó en la presentación del cuarto informe de seguimiento de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, celebrada en el Congreso de los diputados de Madrid, donde mostró algunos de los resultados de la búsqueda humanitaria y extrajudicial en Colombia y reiteró el compromiso de la entidad con aportar en el alivio de quienes llevan buscando, sin descanso, a sus seres queridos ausentes, en especial las personas que viven en el exilio. “Hemos hecho ajuste para posicionar la búsqueda de personas, implementar el Sistema Nacional de Búsqueda -que está en fase de elaboración de Política Pública- e impulsar la búsqueda con enfoques diferenciales como la población LGBTIQ+ y las personas que viven en el exilio, discriminadas y que salieron del país porque buscar a sus familiares se volvió un riesgo”.
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