Yerlyn y Gerardo nunca se conocieron, pero tuvieron mucho en común. Ambos vieron cómo sus vidas fueron truncadas por el conflicto armado al ser vinculados por grupos armados no estatales cuando eran menores de edad. Los dos fallecieron en medio de hostilidades y sus cuerpos fueron inhumados en el cementerio San José de Siloé, en Cali, sin la presencia de ninguno de sus seres queridos.
Los cuerpos Yerlyn y Gerardo quedaron registrados desde 2009 y 2012, respectivamente, en los archivos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Gerardo, con su nombre completo. Yerlyn, rotulada como «Femenino, afrodescendiente, 1,50 centímetros de estatura». Los menores fueron dados por desaparecidos por sus familias desde el momento en el que perdieron contacto con ellos. Y aunque pensaron en buscarles, el temor a las represalias truncó cualquier posibilidad.

Con el tiempo, estos cuerpos fueron protegidos por la Arquidiócesis de Cali en el cementerio San José de Siloé, a la espera de que algún día pudieran regresar con quienes les buscaban. Ese día llegó tras un proceso de revisión documental que lideraron la Unidad de Búsqueda y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el apoyo de integrantes de la Corporación Humanitaria Reencuentros. Mediante un proceso de memoria colectiva, los firmantes del Acuerdo de Paz dieron pistas sobre la posible ubicación de las familias Gerardo y Yerlyn.
Después de encontrar a los seres queridos de Yerlyn y Gerardo, el equipo de la Unidad de Búsqueda en el Valle del Cauca organizó todo para regresar sus cuerpos a los lugares en los que sus familias les esperaban. A ella en Cali y a él en Vijes, un municipio de Valle del Cauca.

Las familias, como muchas otras, pasaron más de una década enfrentando la incertidumbre de no saber qué había pasado con sus seres queridos. Durante años, pese a tener sospechas de su muerte, nunca tuvieron confirmación de la ubicación de los cuerpos, hasta que se desarrolló la ceremonia de entrega digna. Una mezcla de alivio y dolor que les permitió la despedida que nunca pudieron darles en su momento.
Según la investigación humanitaria y extrajudicial desarrollada por la Unidad de Búsqueda en el Valle del Cauca, así como en gran parte del país, la búsqueda de personas desaparecidas en acciones el conflicto armado representa el reto de abordar investigativa y documentalmente las inhumaciones estatales en diferentes cementerios, pues muchos de los cuerpos no identificados o identificados no reclamados que están ahí presentes podrían corresponder a personas desaparecidas en acciones del conflicto armado.

En el Valle del Cauca, la UBPD busca, al menos, a 8.202 personas dadas por desaparecidas. Por ello, hace un llamado a todas las personas que tengan un ser querido desaparecido o cuenten con información que puedan contribuir con la búsqueda de una persona desaparecida a que se comuniquen al número 3162783057 o se acerquen en Cali a la carrera 43A # 5A – 90 (barrio Tequendama). Toda la información será tratada con absoluta confidencialidad y de forma extrajudicial, exclusivamente con fines humanitarios, para garantizar el derecho a la verdad y contribuir al reencuentro con las personas desaparecidas.