La historia de Luis Alixonder Tobón Ibarra es otra de tantas ausencias que dejaron una pregunta sin respuesta, una silla vacía en la mesa y un silencio que se hizo más pesado con el paso de los años. Una vida interrumpida para cuya familia, después de décadas de incertidumbre, terminó su larga espera, pues pudo recibirlo en condiciones de dignidad gracias a la estrategia de Búsqueda Inversa, implementada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Luis nació en el norte del Valle del Cauca y era campesino. En 2002, cuando tenía 23 años, salió de la finca donde trabajaba en labores agrícolas y nunca volvió. Desde ese día, su familia se sumergió en la incertidumbre, esperando noticias que nunca llegaban. Cada aniversario, cada cosecha, cada fecha significativa repetían la misma pregunta: «¿Dónde estará?». Durante 17 años, su nombre permaneció entre los más de 130.000 que hoy integran el universo de personas desaparecidas.
Todo cambió en mayo de 2025 —justo el mes en que Luis habría cumplido años— cuando la metodología de Búsqueda Inversa permitió que su fotografía apareciera en televisión y en plataformas digitales, como parte del trabajo liderado por la Unidad de Búsqueda, en articulación con la JEP y Medicina Legal. Al reconocer el rostro de Luis congelado en el tiempo y en la memoria, sus seres queridos tuvieron que transitar de la ilusión de encontrarlo con vida a la confirmación de lo que tanto se habían resistido a aceptar.

Según la investigación humanitaria adelantada por la UBPD, este hombre de origen campesino falleció en 2008 en medio de acciones del conflicto armado en el norte del Huila. Posteriormente, su cuerpo fue trasladado a la ciudad de Neiva, donde fue sepultado en una bóveda del columbario conocido como Monumento 14 o ‘No me olvides’, un lugar identificado por las organizaciones de víctimas como uno de los principales puntos de interés para la búsqueda en el sur del país. En 2019, la JEP dictó medidas cautelares para proteger los cuerpos no identificados y no reclamados ubicados en ese cementerio, resaltando el riesgo de pérdida y deterioro.
De acuerdo con Ángela Cordón Quintero, investigadora humanitaria de la UBPD en Huila, el Cementerio Central de Neiva es un sitio de interés forense de impacto nacional. En él han sido identificados 15 puntos donde reposan cuerpos no identificados y no reclamados, que podrían corresponder a personas desaparecidas como consecuencia del conflicto armado provenientes de distintas regiones del país.

Luego de la articulación interterritorial de la UBPD, que permitió garantizar el traslado de su cuerpo desde Huila hasta Caldas, para que allí sus seres queridos pudieran recibirle dignamente. Aunque la noticia no era la esperada para la familia, su madre expresó que al fin podía sentirse tranquila, porque ya sabía dónde estaba su hijo.
A su vez, su hermana Johana, durante la ceremonia solemne de entrega digna hizo un llamado a no perder la esperanza. «Gracias a ese comercial pudimos saber de mi hermano. A quienes aún buscan, les digo que no se rindan, que insistan una y otra vez y que se aferren a Dios, porque a nosotros él nos hizo el milagro».

A la fecha, la estrategia Búsqueda Inversa ha permitido localizar las familias de 62 cuerpos plenamente identificados que aún no habían podido ser entregados a sus seres queridos. De ellos, 27 han sido entregados dignamente.
La Unidad de Búsqueda hace un llamado a todas las personas que cuenten con seres queridos desaparecidos o con información que contribuya a encontrar a quienes aún no han regresado. Pueden comunicarse a la línea nacional 018000-162226. Toda la información será tratada de forma confidencial, humanitaria y sin fines judiciales.