Como una niña alegre y a quien se veía siempre jugando por su casa, pescando o entonando notas de canciones vallenatas y de música popular. Así definen sus familiares a Esthela López Mejía o como le conocieron siempre: ‘Rosalina’.
Sus padres, hermanos, sobrinos y algunos amigos de la familia llegaron hasta el casco urbano de Santa Rosa del Sur, en Bolívar, pues la mayoría vive en zona rural de este municipio. Ahí decidieron recibir y despedir dignamente su cuerpo. Con apoyo de la Mesa Municipal de Víctimas, la Alcaldía del municipio y la Red de Mujeres de Simití, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) desarrolló esta acción humanitaria dando cumplimiento a cada una de las solicitudes y necesidades de los López Mejía.
Según investigación humanitaria y extrajudicial realizada por la UBPD, Rosalina falleció en 2009 en hechos relacionados con el conflicto armado en el municipio de Montecristo, también en Bolívar, junto con otras 11 personas. Aunque su cuerpo fue identificado dos años más tarde gracias a una prueba dactilar, en ese momento no fue posible encontrar a sus seres queridos y el registro desapareció.
Sin embargo, el cruce de información obtenida por diferentes testimonios, archivos y documentos permitió a un equipo de la Unidad de Búsqueda ubicar el lugar en el que se encontraban los 12 cuerpos. En marzo de 2024 fueron recuperados del cementerio Santa Cruz de Manga, de Cartagena, y con ello se pudo establecer contacto con la familia López Mejía para que su Rosalina, después de 26 años, regresara a casa.
El retorno con sus seres queridos estuvo acompañado por las notas de diferentes canciones escogidas por la familia, trozos de papel con mensajes y anécdotas a viva voz.
“Quiero decirle a Rosalina que la queremos mucho y nosotros esperábamos verla viva. No se pudo, pero ella siempre va a estar con nosotros. Le puedo decir a las personas que buscan que ojalá ellos tengan otra oportunidad y puedan tenerlos con vida”, expresó Jorge Ortega Mejía, familiar de Rosalinda.
La bóveda 78 del cementerio Central de la parroquia de Santa Rosa de Lima se marcó con su nombre completo y se convirtió en su morada definitiva. “Nos sentimos felices por saber el lugar donde la vamos a dejar. No pierdan las esperanzas. ¡Adiós Rosalina!”, comentó Onilsa Pérez Mejía, otra de las familiares, después de marcar el cemento fresco con el que se cerró el sepulcro.
Esta acción humanitaria de entrega digna hace parte del Plan Regional Sur de Bolívar, el cual comprende la búsqueda de 1.491 personas dadas por desaparecidas a causa del conflicto armado en los municipios de Arenal, Cantagallo, Morales, Norosí, Regidor, Río Viejo, San Pablo, Simití, Tiquisio, Yondó y Santa Rosa del Sur.