La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) anunció con profundo respeto la culminación de una larga espera. Después de 36 años, el equipo territorial de la UBPD en el Caquetá recuperó y realizó la entrega digna del cuerpo de José Omer García Restrepo, un joven desaparecido en 1988 en este departamento.
El hallazgo se dio gracias a la metodología ‘Echándoles agüita a los recuerdos’, promovida por Fabio Hipólito Mariño, firmante de paz del M-19, la cual consiste en reunir a exmiembros de este grupo en diferentes territorios del país para que juntos rememoren los hechos acaecidos en torno a la desaparición de sus compañeros en el contexto del conflicto armado.
Investigadoras humanitarias del equipo territorial de Caquetá de la Unidad de Búsqueda acompañaron el encuentro que tuvo lugar en Florencia. En medio de los diálogos colectivos con los que afloraron nombres, lugares y hechos, Luis Evelio Chilatra, una de las personas que asistió al encuentro, recordó los detalles en torno a la desaparición de José Omer y aportó la información clave para la recuperación de su cuerpo.
José Omer, conocido como ‘Nelson’ en las filas del grupo, desapareció para su familia a los 17 años en los límites de las veredas Barcelona y Villa del Río en Florencia; y falleció al poco tiempo en un enfrentamiento armado en el cerro El Ruso. La comunidad aledaña fue la que días después, y en un acto humanitario, inhumó el cuerpo en un cementerio comunitario.
Aunque Luis Evelio Chilatra no estuvo presente en el combate, sí se arriesgó a volver al lugar con el propósito de saber qué había pasado con ‘Nelson’: “Cuando hablé con la comunidad de la zona y supe que lo habían enterrado, me fui al sitio que me indicaron y lo marqué con una estaca de ahumado, que es una madera muy resistente al tiempo y a la tierra”.
Este sencillo acto, que Luis Evelio narró en el ejercicio de memoria colectiva, le permitió al equipo forense de la Unidad de Búsqueda, más de tres décadas después de la desaparición, localizar con exactitud el sitio de disposición del cuerpo y recuperarlo.

El siguiente paso para el equipo humanitario fue investigar quiénes eran los familiares de José Omer y establecer contacto con ellos para que el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses pudiera verificar la identidad a través de un cotejo de ADN. Una vez cumplido lo anterior, la Unidad de Búsqueda pudo proceder con la entrega digna este joven amado, y quien nunca se fue del recuerdo de su familia.
Yolima Isabel Jurado, coordinadora territorial de la Unidad de Búsqueda en el Caquetá, hace énfasis en que la ruta de búsqueda, recuperación y entrega digna de Jose Omer García evidencia que es posible encontrar a las y los desaparecidos del país sin importar los años que hayan pasado. “Para el equipo territorial del Caquetá este es un caso muy especial, ya que se trata de la entrega digna más antigua que reportamos hasta el momento”, señaló la coordinadora.
Este logro es el resultado de un trabajo arduo y coordinado entre la Unidad de Búsqueda, organizaciones de firmantes de paz como el M-19 y la familia de José Omer. Este caso particular se enmarca dentro del Plan Regional de Búsqueda de Caquetá Centro, cuyo objetivo es dar respuesta a las familias de personas desaparecidas en esta región del país.
Una agüita más al recuerdo de José Omer
Luis Evelio Chilatra acompañó la entrega digna de José Omer y, una vez más, lo rememoró. Sin embargo, esta vez no fue él quien habló, sino quien escuchó los recuerdos de la familia y la importancia del acto solemne que se estaba llevando a cabo.

De la hermana de Jose Omar escuchó la tranquilidad de finalmente saber qué sucedió con su hermano. «Para mí es una satisfacción saber que lo encontramos y que podemos darle un momento de paz en el corazón a mis padres, quienes también perdieron a un hijo».
Del padre escuchó lo ejemplar que era: “Era muy juicioso, muy trabajador. Decirles y explicarles los sentimientos que se dan a pesar de los años es muy difícil, porque son más de 30 años sin saber de él y yo lo recuerdo como si nunca hubiera desaparecido».
Los familiares más jóvenes, por su lado, nunca lo conocieron en vida, pero sí a través de los recuerdos constantes que acompañaron el hogar durante 36 años de ausencia. “Nuestra familia es muy unida, y todo lo hacemos juntos. Mi madre siempre lo recuerda, entonces yo siento como si lo hubiera conocido”, señaló una joven sobrina.
Tras la culminación del acto solemne, la familia hizo un llamado a todas las personas buscadoras a guardar la esperanza y acudir a la Unidad de Búsqueda, la cual ofrece sus servicios de manera humanitaria, extrajudicial y gratuita, para iniciar el camino de la búsqueda de sus seres queridos.