Los hermanos Nohora Stella y José Fernando Cifuentes Cáceres esperan culminar pronto el propósito que persiguen desde hace más de dos décadas: buscar tranquilidad en sus vidas y el descanso de su hermano desaparecido.
José Fernando comenzó el camino de la búsqueda de Juan Carlos Cifuentes Cáceres, su hermano mayor, hace 13 años, cuando tocó las puertas de diferentes organismos para encontrar pistas que lo llevaran a descubrir el sitio donde había sido inhumado el cuerpo de su familiar. En 2023, el camino lo condujo a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).
En ese incesante camino conoció a un habitante de la vereda Zumbe del municipio de La Palma, en Cundinamarca, quien le contó que su hermano, sin cumplir la mayoría de edad, murió en un combate entre actores del conflicto armado en esa vereda el 26 enero de 1999 y que recordaba la fecha exacta porque registró en su cuaderno de apuntes que “ese día comenzó la guerra en Zumbe”.
“Desde 2011 estoy buscando a mi hermano. Cuando lo comencé a buscar, era un niño todavía. Después de contactar a la Unidad de Búsqueda y tener la posibilidad de encontrarlo, no hay palabras para agradecerles. Solo me queda decirles que Dios los bendiga y qué buen aporte que le hacen a la sociedad”, dijo José Fernando.
De acuerdo con la investigación humanitaria y extrajudicial adelantada por la UBPD, Juan Carlos salió en agosto de 1998 y perdió la vida en enero de 1999, cinco meses después de haberse separado de los suyos.
“He explicado que la única forma de resarcir el daño, después de la reconciliación, es este trabajo de la búsqueda que hacemos con víctimas”, explicó Wilmar Marín Cano, firmante de paz y documentador de la Corporación Humanitaria Reencuentros, quien acompañó el proceso de búsqueda.
Karen Quintero, antropóloga de la UBPD, explicó las novedosas técnicas de recopilación de muestras en el cuerpo de la madre de Juan Carlos, inhumada en el cementerio municipal de Villeta, en Cundinamarca. “En este caso no había más muestradantes genéticamente informativos vivos. Es decir, personas que tuvieran suficiente información compartida con la persona dada por desaparecida y adelantar el proceso de identificación. Tuvimos que realizar una exhumación de la presunta madre de este joven y tomar una muestra de hueso que se procesa en el Instituto de Medicina Legal”.
María Herrera, encargada de la investigación, resaltó los resultados obtenidos a partir del trabajo colaborativo. “Por fin lo encontramos. La información que habíamos recolectado y las características individualizantes de la persona desaparecida coinciden con el cuerpo que está allí en campo abierto. Es un momento alegre, pues es el resultado del trabajo colectivo entre la familia buscadora, la Unidad de Búsqueda y también los aportantes de información”.
El cuerpo que correspondería a Juan Carlos, y cuya investigación está enmarcada dentro del macro caso 07 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Plan Regional de Búsqueda Occidente de Cundinamarca, fue entregado al Instituto Nacional de Medicina Legal para su proceso de identificación plena.