La alegría, el respeto y el amor que William profesaba por su familia y que son las características por las que más lo recuerdan sus seres queridos se desvanecieron un día de enero de 2008, al ser asesinado y posteriormente desaparecido. Sin embargo, su familia solo escuchó esta información hasta 2009 cuando fueron contactados por redes sociales. Allí empezó un proceso de búsqueda que siempre tuvo como posible ubicación de su ser querido el Cementerio Central de Neiva.
“Averiguar, buscar y preguntar” son palabras que mencionó Olivia Murcia, hermana de William, al relatar cómo fue su proceso de más de 16 años para encontrarlo. Durante este tiempo, sus familiares nunca dejaron de preguntar. Pero al vivir en Santander, las respuestas que recibían del sur del país no le permitían tener certeza.
Todo cambió en 2024, cuando la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) intervino el Cementerio Central de Neiva. La investigación humanitaria y extrajudicial realizada concluyó en un trabajo articulado entre este mecanismo y la Fiscalía General de la Nación, quienes habían recuperado el cuerpo tiempo atrás.
De acuerdo con Camilo Ernesto Gómez Alarcón, coordinador de la UBPD en Huila, las investigaciones adelantadas permitieron identificar que William murió en el Huila en hechos relacionados con el conflicto armado y que su cuerpo fue inhumado en el Cementerio Central de Neiva, donde se encontraba como Persona Identificada No Reclamada.
“Pudimos hacer una revisión minuciosa de cada una de las exhumaciones de personas que se hizo en el Cementerio Central de Neiva por parte de la Fiscalía y en esa tarea encontramos que William Arenas había sido recuperado”, explicó Gómez Alarcón.
Posterior a este hallazgo, la Unidad de Búsqueda en un trabajo articulado con la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal, quien realizó el cotejo genético que permitió la plena identificación del cuerpo, prepararon todo para llevar a cabo la entrega del cuerpo a su familia.
“Se planeó con la Fiscalía este proceso de entrega digna, acción que se adelantó en Cimitarra (Santander) dado que la familia se ubica en este territorio, que hace parte del Plan Regional de Búsqueda Magdalena Medio”, aclaró Daladier Jaramillo Rueda, coordinador de la UBPD en el Magdalena Medio.
La espera de la familia Arenas Hernández terminó con una sentida ceremonia de entrega digna, en la que, junto a las organizaciones buscadoras que les acompañaron, se congregaron en un ritual para homenajear la memoria de su ser querido y despedirlo de acuerdo a sus creencias.
“De William recuerdo el amor, era un niño muy cariñoso y que no se metía con nadie”, resaltó Olivia sobre su hermano durante el espacio de dignificación y memoria que se llevó a cabo en Cimitarra y que contó con la presencia de profesionales de la Fiscalía, la Unidad de Búsqueda, la Alcaldía de Cimitarra (enlace para las víctimas) y la organización de mujeres buscadoras en la región, quienes acompañaron en aspectos psicosociales, forenses, jurídicos e investigativos.
La lideresa de las mujeres buscadoras en la región, Aura María Díaz, hizo una armonización espiritual y de conexión entre los familiares y los profesionles por medio de una mandala para reconocer los aportes de cada uno en el camino de la búsqueda, que en este caso llegó a su fin.
Más adelante recibieron el contexto jurídico y forense de la investigación por parte de funcionarios de la Fiscalía, quienes respondieron las inquietudes presentadas.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la lectura de cartas donde los familiares expresaron la manera en que recordaban a William, lo que más extrañaban de él. Todos coincidieron en que esperaban encontrarle con vida.
El acto litúrgico se realizó en la Iglesia de Cimitarra y fue precedido por una caminata colectiva donde el cuerpo de William, en compañía de sus seres queridos y allegados, fue trasladado hasta el cementerio municipal, donde ahora reposa junto a los escritos creados para él.
Antes de terminar la ceremonia, Oliva envió un mensaje para que las familias de las más de 111.000 personas que se buscan hoy en Colombia mantengan la esperanza. “Por favor, no se den por vencidos. Péguense a la Unidad de Búsqueda, pero nunca se den por vencidos. Así sean los huesos, pero que se los den a uno, que sepa uno que rescató a su familiar”, dijo la hermana de William en medio de su caminar cansado y sus ojos rojos de llorar, agradeciendo el acompañamiento de todos los que hicieron parte de este cierre entre los miles de caminos de la búsqueda abiertos en el país.
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