[vc_row][vc_column][vc_column_text]En el marco del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, Gloria Luz Gómez Cortés, coordinadora general de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, ASFADDES, le habló a la UBPD del papel que han jugado las mujeres en la búsqueda de las personas desaparecidas en Colombia y el mundo.
UBPD: ¿Cuál es el papel que han jugado las mujeres en Colombia en la búsqueda de las personas desaparecidas?
Gloria Gómez: Creo que en el mundo las mujeres hemos liderado la lucha por la búsqueda de los desaparecidos, pero también la lucha por encontrar respuestas y el reconocimiento de nuestros derechos, primordialmente a eso, a la búsqueda de nuestros seres queridos, al regreso de ellos. Las mujeres hemos liderado desde la memoria, la dignificación y la reivindicación de la historia de vida de ellos, los hemos visibilizado.
Desde que se asumió la desaparición forzada como modalidad represiva para eliminar a los opositores y militantes de izquierda, fueron los hombres el mayor porcentaje de desaparecidos, de víctimas y por eso las mujeres tuvimos que liderar, no solamente las mamás sino también las hermanas, las esposas, las compañeras, las hijas, las amigas, que sin ellos y por ellos les tocó asumir la búsqueda, la denuncia y una cantidad de aprendizajes y construcciones para lograr saber dónde están, ante la falta de respuesta de los Estados.
En el caso colombiano, inclusive bastante asentado los primeros años, se dio la total negación de la ocurrencia de los hechos, pero además también la desvaloración de las mujeres cuando íbamos a denunciar los casos. Por eso nos tomamos las calles, las mujeres que no sabíamos de nada de gritos, de marchas, salimos a las calles dejando a un lado ese proyecto de vida que teníamos cada una, porque el día que se los llevaron hasta ahí llegó el proyecto de vida.
Yo creo que las mujeres latinoamericanas hemos sido un ejemplo. Hemos convertido el dolor en lucha y el amor en resistencia, para lograr llamar la atención y que se asumieran mecanismos y herramientas para la búsqueda efectiva y para el regreso a casa de ellas y ellos.
Las mujeres también, desde la sensibilidad, creo que logramos que hoy se esté hablando de la desaparición en diferentes ámbitos. Desde el lenguaje de los sentimientos, pero también desde encontrarnos en las capacidades que tenemos, hemos aportado y hemos dejado un legado a las nuevas generaciones que tienen que tomar conciencia de lo que hemos vivido y del aporte de las mujeres por la verdad, por la justicia y por la erradicación de este crimen de lesa humanidad.
El que hubiésemos salido desde nuestras casas a buscarlos, a mostrar las fotos, a hablar una y otra vez de ellos, logró que hoy tengamos medianamente un conocimiento en la sociedad del horror de la desaparición forzada.
UBPD: ¿Cuáles han sido los logros más importantes de las mujeres en lucha por la búsqueda de las personas desaparecidas?
Gloria Gómez: La visibilización, la denuncia, logramos que se certificara en Colombia la desaparición forzada como delito, porque antes del 2000 en Colombia no era un delito la desaparición.
Las mujeres y los familiares en Colombia decidimos buscar herramientas jurídicas porque creímos que esa era la vía para que ellos regresaran a casa, por eso fuimos osadas y nos metimos por la constituyente para lograr que se reconociera en la Constitución la situación de la prohibición de la desaparición forzada.
Tenemos el artículo 12 de la Constitución y durante más de 13 años estuvimos insistiendo mucho para que el Congreso asumiera una actitud de lograr reconocer la desaparición como delito, creyendo que ese era la vía para que ellos volvieran a casa.
Así que en el 2000 se aprueba la Ley 589 con toda una serie de herramientas como el Mecanismo de Búsqueda Urgente, el Registro Nacional de Desaparecidos y la Comisión de Búsqueda, que se quedan escasas porque no hay voluntad política.
Con la Ley 589 se logra también tipificar como delito el desplazamiento forzado, la tortura y el genocidio. Son 4 hechos criminales que están ligados totalmente con la desaparición porque se llega a la familia para obligarla a desplazarse, pero también el desparecido es torturado física y emocionalmente, y esta tortura se extiende a la familia y al núcleo social donde se movía la víctima.
Así que el homicidio en Colombia es la realidad, sabemos que la mayoría de los desaparecidos están asesinados, y lo que creemos que la Unidad de Búsqueda precisamente tiene que hacer es encontrar esos cuerpos para que nos los entreguen en condiciones de dignidad.
Creo que los familiares y las mujeres estuvimos aportando también en las otras herramientas como la Ley 1408 del 2010 que ordena rendir homenaje a las víctimas de desaparición forzada, el protocolo de entrega digna precisamente para que las mujeres no tuviéramos que ver los huesos de los desaparecidos en bolsas para la basura y en las canecas donde en los cementerios echan los huesos.
A nivel internacional por supuesto las mujeres latinoamericanas jugamos un papel histórico y protagónico en la aprobación de la Convención Interamericana contra las Desapariciones Forzadas y qué decir de la lucha de más de 26 años para que en las Naciones Unidas se aprobara la Comisión Internacional de Protección contra la Desaparición Forzada.
Creo que esas herramientas han generado una expectativa también en el compromiso de los Estados en erradicar la desaparición forzada, pero, sobre todo, en obligar a los Estados a buscarlos y a encontrarlos y por supuesto a buscar mecanismos que mitiguen el dolor del daño emocional que causa la desaparición forzada.
Igualmente, las mujeres fuimos las que empezamos a generar modelos de acompañamiento desde la identidad del dolor, desde el amor, para que otras mujeres asumieran también procesos de resistencia a nivel regional.
UBPD: De acuerdo con su experiencia, ¿cuáles cree que son esos principales aprendizajes que debería adoptar la UBPD para realizar el proceso de búsqueda humanitaria y extrajudicial de las personas dadas por desaparecidas en razón y en contexto del conflicto armado?
Gloria Gómez: Hablando del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, fuimos las mujeres integrantes de las organizaciones de familiares, a nivel nacional, que estuvimos en La Habana pidiéndole a la mesa de negociación, por un lado, que las dos partes reconocieran la responsabilidad en las desapariciones, que entregaran la información, pero que, ante la incapacidad de respuesta de los organismos estatales, exigimos la creación de un instrumento en el proceso de paz que solo se dedicara a buscar y a encontrar los desaparecidos, que no tuviésemos los familiares cómo hoy, que nos repiten los fiscales o los funcionarios judiciales que están con otro caso, que no pueden activar el mecanismo, disculpas que no se justifican, porque lo primero que tiene que hacer un funcionario cuando recibe una denuncia de una caso de desaparición es salir a buscar la persona.
Entonces por eso, en esas largas conversaciones, pero también en la construcción de las recomendaciones que le hicimos a la mesa de negociación en torno a cómo debía ser la Unidad de Búsqueda, hablamos que tenía que buscar y encontrar a los desaparecidos sin distingo de raza, credo, religión, militancia o condiciones diferentes y que eso debía asumirse como una acción para mitigar el dolor, que por encima de cualquier cosa o del perpetrador estaba mitigar el dolor de las familias y por eso la Unidad tiene ese carácter extrajudicial y humanitario. La Unidad para nosotros es buscarlos.
No tiene que investigar sobre quién lo hizo, cómo lo hizo, creo que la Unidad tiene que buscarlos y la información que encuentre por supuesto tiene que fortalecer el papel del Sistema, de la Comisión de Esclarecimiento y la Jurisdicción Especial para la Paz, que es la que tiene que determinar una investigación y unas medidas cuando se ubiquen las personas comprometidas o reconozcan que fueron parte de las desapariciones.
Yo creo que la Unidad debe por encima de todo reconocer el papel de las mujeres que nos atrevimos a organizarnos, que el habernos organizado nos trajo problemas de persecución, de señalamientos, de amenazas, nos hemos tenido que alejar por tiempos, hemos tenido que vivir en medio de la angustia de lo que le pueda pasar a nuestros hijos.
Los familiares y las mujeres tenemos un acumulado que no lo tiene nadie más, porque los familiares fuimos lo que salimos y creamos mecanismos y construimos modelos por cada caso, personalizamos la búsqueda. Yo creo que el Plan de Búsqueda de Personas Desaparecida siempre se lo hemos planteado y es una discusión que damos con la Fiscalía, tiene unos elementos generales y se tienen que ir llevando no solamente a los planes locales, sino personalizar.
A cada caso hay que construirle un Plan de Búsqueda, yo creo que la Unidad tiene que tener en cuenta eso, porque así lo hicimos y así lo hemos hecho los familiares organizados. Las mujeres que sin saber de antropología aprendimos, sin saber de odontología aprendimos, sin saber de investigación nos volvimos investigadoras y le hemos quitado el rol a muchos profesionales, pero desde esa necesidad de siempre hacer algo por ellos y por ellas, nuestros familiares.
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