En un esfuerzo por honrar la memoria de las personas desaparecidas y aportar a la construcción de paz, en el Cementerio Central de Palmira, en el Valle del Cauca, se presentó un mural creado colaborativamente entre familiares de personas desaparecidas, miembros de la fuerza pública y firmantes del Acuerdo de Paz.
Para el desarrollo de esta obra de construcción conjunta por la reparación y la reconciliación, la interlocución de actores históricamente distanciados por el conflicto armado fue fundamental. La Fundación Comité de Reconciliación, la Corporación Humanitaria Reencuentros y la Corporación Regional para el Desarrollo, con el apoyo de Pastoral Social de Palmira, lograron tejer una red de apoyo a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF).
«Esto ha sido un proceso de construcción permanente y colectiva, donde se fueron uniendo firmantes de paz, familiares víctimas, comparecientes y otras entidades estatales y no estatales que unen sus voluntades para construir paz. Aquí, más que un monumento, vamos a dejar sembradas evidencias para la no repetición, porque la desaparición de personas es algo que en Colombia tiene que ser erradicado”, expresó Luz Janeth Foreo Martínez, directora de la Unidad de Búsqueda.

«Nos juntamos para encontrarles. Solo desaparece quien se olvida», es la frase que se resalta en la muestra artística, acompañada de representaciones de un abrazo, que representa el reencuentro esperado entre las familias y la reconciliación entre las partes antiguamente antagonistas; mariposas, que simbolizan la transformación y resiliencia de las personas buscadoras; y flores violetas de No me olvides (que evocan la memoria y el amor persistente) y amarillas, de Guayacán, que simbolizan la fortaleza y resistencia en la búsqueda.
En medio del acto de memoria y dignificación, Maria Cecilia Tutestar, mujer que busca a su hijo Alejandro Escobar Tutestar -desaparecido hace 12 años- y quien hace parte de la Corporación para el Desarrollo Regional, se refirió la participación de las víctimas en el proceso. «Dar cumplimiento al proceso de paz, que tiene a las víctimas en el centro, es algo que nos satisface y nos da esperanza para continuar trabajando por esa paz que se nos hace tan esquiva a veces, pero que con todas estas manos juntas decimos sí, pese a tanta tristeza y ausencia. La memoria es el privilegio que la vida puede alzar sobre la muerte».
Por otra parte, la articulación entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Palmira, la Secretaría de Paz Territorial de la Gobernación del Valle y la Universidad Javeriana ha permitido avanzar en la documentación de casos de desaparición mediante entrevistas y aportes de información.

«Hemos venido impulsando este proceso hace dos años y jamás nos imaginamos que tiempo después estuviésemos en un escenario como este, con quienes fueron en su momento la contraparte en armas y que hoy ambas voluntades se materialicen no solamente en palas, en brochas y pintura, sino en una apuesta por la búsqueda de todas las personas desaparecidas», mencionó Jhon León, de la Corporación Humanitaria Reencuentros.
«Este es un ejercicio que hay que replicar en todo Colombia, aquí hay unas personas que están buscando a sus seres queridos y nosotros tenemos que dignificar como miembros de la fuerza pública», señaló Diego Bareño, director del Comité Fundación para la Reconciliación.
Pensando en una próxima fase, que permita contribuir de otra manera a la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas en el Valle del Cauca, actualmente se avanza en la gestión de recursos y el alistamiento del cementerio para la posible reapertura del llamado «Patio del Olvido», un espacio para la preservación y el cuidado de cuerpos recuperados que no puedan ser identificados con celeridad.

Algunos de los participantes en el proceso son comparecientes y víctimas acreditadas antes los macrocasos 01 y 05 que adelanta la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y han mostrado su voluntad de acercarse con el fin de contribuir conjuntamente a la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas.
Avanza la búsqueda en el cementerio de Palmira
El cementerio es un lugar crucial para la búsqueda de personas desaparecidas. Según información recopilada por la Unidad de Búsqueda, desde 1982 se han registrado 670 cuerpos de cuerpos no identificadas (CNI) y cuerpos identificados no reclamadas (CINR) que corresponderían a personas desaparecidas en acciones del conflicto armado provenientes del sur del Valle del Cauca, Florida, Pradera, Palmira, Candelaria, Cerrito, norte del Cauca y Rioblanco, en el Tolima.
Actualmente, la UBPD está enfocada en la localización de 17 personas desaparecidas en este lugar. En este proceso ha logrado recuperar 36 cuerpos y entregar dos de ellos a sus familiares en el municipio de Florida, en el Valle del Cauca.
Para agilizar este proceso, los cuerpos inhumados después de 2007 están siendo analizados mediante la metodología de verificación por correspondencia, lo que permite avanzar en la identificación y entrega a sus seres queridos en un trabajo conjunto entre la la Unidad de Búsqueda y el Instituto Nacional de Medicina Legal.

Según el Universo de personas dadas por desaparecidas de la UBPD, al menos 8.202 personas fueron desaparecidas en acciones del conflicto armado en el Valle del Cauca. En Palmira, la cifra asciende a 313, lo que convierte la búsqueda en un compromiso colectivo que no admite descanso.
A través de una solicitud de búsqueda presentada ante la UBPD podrían encontrar respuestas. Para ello pueden acceder a las líneas telefónicas 3162783057, 3162783918 o 018000-117175. Los trabajos de la Unidad de Búsqueda continuarán durante 2025 con un enfoque directo en los cementerios de los municipios más afectados por el flagelo de la desaparición, avanzando con mayor celeridad en la búsqueda en el Valle del Cauca.