La desaparición de personas es la desconexión radical con la humanidad que está dentro de todas y todos. Primero con la persona sobre la cual se realiza la sustracción y privación de todos sus derechos y libertades. A ella se le niega su dignidad y se le somete a la más cruel indefensión porque no tiene acceso a los mecanismos de protección, pero tampoco le permite a sus seres queridos auxiliarla por la absoluta incertidumbre frente a su suerte y paradero.
La desaparición de personas extiende sus efectos de sufrimiento, zozobra, intimidación y dolor a la persona desaparecida, su núcleo familiar, comunitario y social, y también a la sociedad en su conjunto.
Es urgente que quienes desaparecen las personas cesen sus acciones contra la humanidad y que la sociedad sienta que tiene un rol activo y determinante para contribuir a un Nunca Más Desapariciones.
El camino de la articulación interinstitucional, en un diálogo permanente con las víctimas y la sociedad civil, una reacción inmediata y comprometida con encontrar las personas desaparecidas, es el que corresponde para avanzar en la construcción de paz y la garantía de no repetición.
La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) quiere destacar la acción desarrollada por su familia, las organizaciones, las instituciones, los medios de comunicación y la sociedad en el caso de Ana Lucía Fernández Villa.
Es muy grato poder constatar que la suma de esfuerzos hoy ha hecho cesar la angustia de la familia y demuestra que la búsqueda y hallazgo de las personas desaparecidas requiere el concurso del Estado en su conjunto, incluida la sociedad y todos los actores relevantes. Un pacto nacional contra la desaparición de personas, incluida la desaparición forzada y por determinar la suerte y paradero de todas las personas que se hallen en tal situación.
Luz Marina Monzón
Directora General de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas