febrero 13, 2023

Unidad de Búsqueda revela acciones Humanitarias en el Catatumbo, Sur de Bolívar, Casanare y Tolima

En estas acciones humanitarias fueron recuperados 11 cuerpos de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado colombiano.
  • Se recupera cuerpo que correspondería a un joven asesinado y desaparecido por negarse a ser reclutado en el Catatumbo.
  • Intervenimos el cementerio de Cantagallo, en el Sur de Bolívar como parte del Plan Regional Barranca Región para esclarecer la verdad sobre las personas desaparecidas en el Magdalena Medio.
  • En Casanare, la UBPD recupera seis cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas en razón del conflicto armado al intervenir dos cementerios municipales y una zona a campo abierto.
  • En Tolima, uno de los cuerpos recuperados correspondería a un excombatiente desaparecido en el municipio de Roncesvalles en el año 1.992; y otro, a un civil desaparecido por miembros de un grupo guerrillero en el 2.000.

Bogotá, 13 de febrero de 2023. @UBPDColombia – La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), en desarrollo de los Planes Regionales de Búsqueda del Catatumbo, Barranca Región, Suroccidente del Casanare y Cordillera Central, realizó acciones humanitarias para darle respuestas a las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos en el país.

La directora de la UBPD, Luz Marina Monzón Cifuentes, dijo que estos avances se han logrado con el apoyo de las víctimas y gracias a la aplicación de una metodología de búsqueda colectiva que ha permitido a Colombia crear una entidad de carácter humanitario, que no existía en el país, con un perfil similar al modelo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y con un equipo de colaboradores especializado que dedica exclusivamente su misión a responder qué pasó y dónde están las personas dadas por desaparecidas en razón del conflicto armado.

Destacó que para la UBPD es fundamental la participación de las familias en los sitios de búsqueda “porque representa una oportunidad insustituible de aproximación directa a la verdad que están buscando con el apoyo del Estado que está representado en la UBPD. Adicionalmente, el concurrir la mirada técnica forense con la de la experiencia de las familias nos ha demostrado que genera sinergias que agilizan la búsqueda con sentido reparador”, enfatizó.

https://youtu.be/-7lYplQ1ufE

Acción humanitaria en el Catatumbo

Intervenimos el cementerio corregimental, en zona rural del municipio de La Playa de Belén (subregión del Alto Catatumbo), y recuperamos un cuerpo que podría corresponder a Ángel Miro Ardila, un campesino víctima de desaparición forzada hace 10 años en esta zona del país.

Según la investigación humanitaria realizada junto con miembros de la familia, representantes de la iglesia y con el acompañamiento de ASOJUNTAS, el 23 de mayo de 2012, cuando Ángel Miro tenía 23 años y desempeñaba labores del campo, integrantes de un grupo armado ilegal intentaron reclutarlo, pero él se negó. Fue así como los armados decidieron retenerlo, asesinarlo y ocultar su cuerpo como una muestra de control territorial ante el resto de la comunidad, según información recopilada y contrastada por la Unidad de Búsqueda.

Foto: Comunicaciones UBPD

Al ser una persona reconocida en el lugar, la noticia llegó pronto a oídos de su familia. Después de cinco días de intermediaciones y solicitudes al grupo al margen de la ley, uno de sus hermanos y un primo recibieron un cuerpo que por su avanzado estado de descomposición no podían asegurar que se trataba de su ser querido. 

Sin más opciones, sus familiares lo enterraron en un cementerio cercano y marcaron su tumba con una figura en cemento de la Virgen del Carmen como punto de referencia. Antes de abandonar el lugar, sus familiares le prometieron a ese cuerpo que algún día volverían por él para poder comprobar si era o no Ángel Miro. 

“A raíz de lo que pasó con mi hermano estuvimos tocando muchas puertas. Colocamos el denuncio y todo eso, pero pasó el tiempo y nadie nos dio respuestas porque esto acá es zona roja. Nosotros alcanzamos a pensar que nos iba a tocar a nosotros, como familia, meternos con unas palas y sacar el cuerpo para llevarlo a Medicina Legal para que lo identificaran, pero en esa época nos explicaron que eso era un delito”, agregó Francelina, hermana de Ángel Miro.

Foto: Comunicaciones UBPD

La búsqueda de la familia continuó entre llamados a puertas y reuniones sin respuesta hasta los primeros meses del 2020, cuando a través de una asesoría con la Personería Municipal se les dio a conocer de la existencia de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.

“Mi hermano era un pelado muy juicioso. Dado a la situación de conflicto que se ha presentado en nuestro departamento y en nuestro municipio, él salió a otra parte con la idea de buscar un mejor trabajo, pero se fue y no regresó porque grupos al margen de la ley se lo llevaron”, relató Francelina durante la acción humanitaria.

El cuerpo recuperado fue entregado al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cúcuta para avanzar en el proceso de identificación a partir del cotejo con las muestras biológicas que en julio pasado les fueron tomadas por la UBPD a los familiares de Ángel Miro.  

El Plan Regional de Búsqueda del Catatumbo, del que hace parte esta acción humanitaria de recuperación, ha identificado un universo inicial de 2.421 personas desaparecidas en contexto del conflicto armado en los municipios de Ocaña, Abrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa de Belén, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú, en Norte de Santander; y Río de Oro y González, en el departamento del Cesar. Las desapariciones forzadas representan el 97 % del total de las perpetradas en la región Catatumbo, seguidas por el reclutamiento y el secuestro. A la fecha, la Unidad de Búsqueda ha recuperado 18 cuerpos y ha tomado 125 muestras genéticas a familiares de personas desaparecidas en los municipios comprendidos en este Plan Regional.

Acción humanitaria en Cantagallo, Sur de Bolívar

El equipo forense de la UBPD intervino el cementerio de Cantagallo, como parte del Plan Regional Barranca Región (en formulación), para esclarecer la verdad sobre lo sucedido con Abel, quien desapareció hace 34 años. En esa acción humanitaria se recuperaron dos cuerpos, incluido el que podría corresponder a Abel.

De acuerdo con la investigación humanitaria realizada junto con la familia y los datos de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos -CREDHOS-, organización de la sociedad civil que acompaña el caso, este hombre pertenecía a un grupo armado que hacía presencia en el sur de Bolívar desde principios de la década de los ochenta y murió en medio de hostilidades con la Fuerza Pública ocurridas en Cantagallo (para ese entonces un corregimiento de San Pablo) en octubre de 1988.

“No lo conocí. Él desapareció y yo aún no había nacido. Y ahora me encuentro en su búsqueda para darle un sepelio y un reconocimiento”, dice su hijo. El cuerpo de Abel y el de otra persona que también falleció en las mismas hostilidades, según los datos que se vienen recolectando en la investigación, posiblemente fueron inhumados en una fosa del cementerio de Cantagallo por la población de aquella época.

Foto: Comunicaciones UBPD

Gladys, la compañera de Abel, señaló que además de la ausencia, para las familias de combatientes se suma el dolor que sienten sus hijos por no saber la verdad acerca de lo ocurrido con sus padres. “Mi hijo les preguntó a muchas personas: ¿dónde está mi papá? Le daban razón de que el padre se encontraba enterrado en una fosa con otra persona, pero que no sabían dónde estaba ubicada”.

El contexto de la desaparición de Abel se dio en medio de la expansión territorial de varios grupos armados, la aparición del paramilitarismo y la respuesta militar del Estado desde principios de los años ochenta hasta mediados de los noventa del siglo XX en municipios del Magdalena Medio, región que reúne a varias poblaciones de departamentos del interior y el Caribe del país por donde cruza el río Magdalena. Entre esos municipios está Cantagallo, que como en otros pueblos de la región sus habitantes fueron desaparecidos, asesinados y víctimas de otras violaciones a los derechos humanos.

Foto: Comunicaciones UBPD

Sobre el proceso de búsqueda de su padre y la intervención en el cementerio en compañía de la UBPD, el hijo de Abel recalcó que: “Deseo llenar esa parte faltante que nunca tuve, mi padre, aunque otra familia me lo brindó todo. En el camino siempre me dijeron que tenía un padre y ahora que ya se está en la búsqueda quiero darle un sepelio digno y conocer más sobre mis raíces”.

“¿Por qué buscar? Buscar para sentir un descanso en la familia, porque hay muchas familias en zozobra que no saben dónde están sus seres queridos. Saber, aunque sea dónde están, siquiera los huesos”, comentó Gladys sentada debajo de la sombra de un árbol y frente a la excavación que hizo el equipo forense de la UBPD.

Abel hace parte de las 2.774 personas que componen el Universo de Personas dadas por Desaparecidas del Plan Regional de Búsqueda Barranca Región, que cubre los municipios de Cantagallo, San Pablo, Santa Rosa del Sur y Simití, en el sur de Bolívar; y Barrancabermeja, Puerto Wilches y Sabana de Torres, en Santander. De ese universo, 52 personas se registraron en Cantagallo. Hasta el momento se han realizado 103 tomas de muestra de familiares que buscan a sus seres queridos con domicilio en los municipios del Plan Regional Barranca – región (en construcción). De esas muestras, 25 se realizaron en el contexto de la acción humanitaria de recuperación de Abel. Adicionalmente, en el rol de contribución, la UBPD de manera conjunta con Fiscalía General de la Nación realizó una entrega digna de una de las víctimas de la masacre ocurrida el 16 de Mayo de 1998 en Barrancabermeja y que en la actualidad cursa ante la Corte IDH.

Acciones humanitarias en Casanare

La UBPD intervino dos cementerios municipales y una zona a campo abierto en los municipios de Aguazul, Monterrey y Tauramena, en Casanare, para recuperar seis cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas en acciones del conflicto armado en esa región durante los años 90 y 2000 en estas zonas del país.

En el municipio de Aguazul en desarrollo de la tercera fase de intervención de este camposanto, la UBPD recuperó un cuerpo cuya identidad podría corresponder a la de un hombre desaparecido en la década de los 90 según la información recolectada y triangulada de diversas fuentes de tipo forense y unida a los relatos de familiares buscadores quienes participaron de la acción de recuperación.

Fotos: Comunicaciones UBPD

Por otro lado, con el apoyo de la Alcaldía de Tauramena y gracias a la contrastación de fuentes de información en el marco de la investigación humanitaria y extrajudicial, la UBPD pudo recuperar en campo abierto tres cuerpos no identificados que podrían corresponder a excombatientes de un grupo guerrillero fallecidos durante las hostilidades entre 1992 y 1994. La familia de quien sería uno de ellos acompañó la acción humanitaria y recordó cómo su ser querido había sido enrolado a un grupo armado ilegal y que, aunque siempre guardaron la esperanza de encontrarle con vida, muchas de las versiones que durante años habían recibido referían su deceso en la zona.

Adicionalmente, como parte de la operativización de este Plan Regional, el equipo forense de la UBPD intervino el Cementerio Municipal de Monterrey y recuperó dos cuerpos, uno de los cuales podría corresponder a un hombre que desapareció en el marco de las hostilidades entre los grupos armados que frecuentaban la zona. Los cuerpos recuperados fueron entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Villavicencio para realizar el análisis forense y avanzar en su identificación.

A la fecha, la Unidad de Búsqueda, en acciones del Plan Regional del Suroccidente del Casanare, ha recuperado 33 cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas en razón del conflicto armado. De igual manera, ha tomado 295 muestras genéticas a familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos en esta zona del país con el fin de agilizar la identificación de futuros cuerpos recuperados, así como la contrastación de ADN con cuerpos registrados anteriormente en el banco de perfiles genéticos. 

Acciones humanitarias en el Tolima

En acciones del Plan Regional de Búsqueda de Cordillera Central,  que contó con el acompañamiento y respaldo de la Alcaldía Municipal de Roncesvalles, los representantes de la iglesia municipal y corregimental, así como representantes de la sociedad civil, recuperamos dos cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas en acciones relacionadas con el conflicto armado desarrolladas en la zona entre 1990 y 2000.

Durante las acciones humanitarias fue recuperado un cuerpo cuya identidad podría corresponder a un combatiente de un grupo insurgente que habría desaparecido durante las hostilidades en 1992. La ubicación de las estructuras óseas, así como su recuperación, fue posible gracias al aporte de información y acompañamiento de los pobladores de la zona quienes acompañaron la intervención.

Foto: Comunicaciones UBPD

El otro de los cuerpos recuperados correspondería a un forastero de 50 años conocido en la zona como ‘El Cóndor’. De acuerdo a los hallazgos de la investigación de la Unidad de Búsqueda, en el año 2000 fue asesinado por un grupo guerrillero, en desarrollo de las políticas de intimidación y control territorial ejercidas en la zona, y posteriormente inhumado en el Cementerio Municipal Cristo Resucitado de Roncesvalles, Tolima. 

Los cuerpos recuperados fueron entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal para su análisis y cruce de información genética con el de las personas que buscan a sus seres queridos desaparecidos en esta zona del país.

En estas acciones humanitarias fueron recuperados 11 cuerpos de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado colombiano.

Este Plan Regional de Búsqueda Cordillera Central comprende un universo inicial de 1.397 personas desaparecidas en acciones de desapariciones forzadas, reclutamientos forzados y hostilidades en los municipios de Ibagué, Anzoátegui, Cajamarca, Roncesvalles, Rovira, San Antonio, Ortega, Chaparral, Rioblanco, Ataco, Planadas, Natagaima (veredas Montefrío y Anchique), en el departamento de Tolima; y Santa María, Teruel, Neiva, Íquira, Tesalia, Nátaga, Paicol, Palermo y Aipe, en Huila, entre los años 1958 y 2016. 

El momento con mayores situaciones de desaparición en la cordillera central se concentra en el periodo comprendido entre 1999 – 2010 con un promedio de 65 personas desaparecidas por año, siendo 1999, con 85 desapariciones, el año con un mayor reportes asociados a este hecho. 

De acuerdo con la investigación humanitaria los municipios de Rovira, Ortega, Roncesvalles y San Antonio conformaban un territorio de importancia histórica para la movilidad de diferentes actores armados debido a que son corredores que conectan el centro del país con el Pacífico.

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