Como parte del compromiso de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) con la búsqueda humanitaria y extrajudicial, se vienen impulsando espacios que contribuyen al reconocimiento, la memoria y la dignificación de las personas desaparecidas.
Uno de estos escenarios ha sido la Ruta de la memoria, una estrategia implementada por el equipo en Huila de la UBPD durante sus intervenciones en cementerios locales. Esta iniciativa se ha consolidado como una herramienta pedagógica y simbólica para sensibilizar, reflexionar y promover acciones colaborativas que fortalezcan la misión institucional.
Hasta la fecha, la Ruta de la memoria se ha llevado a cabo en tres ocasiones en el Cementerio Central de Neiva y una vez en el Cementerio San Antonio de Padua, en Pitalito. A través de recorridos guiados, se ha logrado visibilizar los retos que enfrenta la búsqueda en escenarios complejos como los cementerios, al tiempo que se promueve la comprensión del impacto que la desaparición ha tenido en el departamento.
Un recorrido para comprender y transformar
La Ruta de la memoria comprende varios momentos que conducen hacia la comprensión profunda de lo que significa la desaparición y el reconocimiento social de la búsqueda.
El recorrido inicia con un espacio de bienvenida y sensibilización, donde las personas participantes se conectan con el contexto del conflicto armado en Huila y el trabajo humanitario de la Unidad de Búsqueda. Allí se reflexiona sobre el lugar que ocupan los cementerios en este proceso: no solo como espacios de interés forense, sino como territorios de memoria y dignificación.
Luego, las y los asistentes se sumergen en la exposición fotográfica ‘El camino de la búsqueda’, una muestra que narra visualmente las distintas etapas del trabajo humanitario. Cada imagen cuenta una historia y permite comprender los desafíos del proceso, así como el papel fundamental de las familias buscadoras.

El recorrido continúa con la visita a sitios de interés forense dentro del cementerio, donde se encuentran puntos específicos intervenidos por el equipo técnico de la UBPD. En este trayecto, se comparten detalles sobre el trabajo realizado, los roles del equipo forense y las complejidades que enfrentan en el terreno. Este momento genera un espacio de diálogo abierto, donde las personas pueden hacer preguntas, resolver dudas y compartir sus propias reflexiones.
Finalmente, la experiencia cierra con un espacio simbólico y participativo. Allí cada persona tiene la posibilidad de dejar un mensaje, una palabra, un compromiso en el telar de la memoria u otro soporte simbólico. Es un acto sencillo pero profundo, en el que se expresan el compromiso, la empatía y la solidaridad con las familias que aún buscan.
Un ejercicio de memoria que convoca a la sociedad
Esta estrategia ha sido bien recibida por diversos sectores sociales e institucionales. Vanessa Cuenca, enlace de Tejido y Diálogo Social de la UBPD, destacó su impacto: «Hemos logrado una recepción positiva de diversos sectores: organizaciones sociales, familias buscadoras, periodistas, entidades locales e incluso organismos internacionales han participado activamente y han compartido, a través del telar, cómo pueden aportar a la búsqueda de las personas desaparecidas».

La jornada tiene una duración aproximada de dos horas e invita a la reflexión, el diálogo y la expresión creativa. Así lo expresó Eider Andrés Campo Fernández, asesor de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo en Huila: «Recuperar la memoria de los desaparecidos nos va a permitir sanar. Este recorrido por el cementerio nos ayuda a comprender cómo podemos aportar y no desfallecer. Aún falta que muchas personas conozcan el dolor de otras para despertar su solidaridad y avanzar como sociedad».
Para Alba Luz Polanco Rivas, mujer buscadora de Huila, este proceso también representa un respaldo institucional: «Vinieron todas las instituciones a observar, a acompañar, a ver cómo es el trabajo que está haciendo la UBPD. Eso nos demuestra que sí están buscando a nuestros seres queridos».
La Ruta de la memoria reafirma que los cementerios no solo son escenarios de intervención forense, sino también espacios de dignidad, memoria y verdad. Seguimos caminando junto a las familias. La búsqueda es un acto profundamente humano que nos une y nos transforma.
