Todos los días hablas con tu compañero y en cada llamada él saluda a tu hija y le recuerda lo mucho que las extraña. De repente la llamada no ocurre y cinco días más tarde recibes la visita de una amiga de tu pareja para decirte que él ha desaparecido. Durante 35 años, Elizabeth Santander ha tocado diferentes puertas para buscar a su esposo Marino y en todas se ha encontrado con la misma respuesta: Marino no existe.