La Sociedad de Activos Especiales (SAE) entregó una antigua bodega de 373 metros cuadrados a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). El inmueble, avaluado en más de 1.500 millones de pesos, será adecuado como el primer Centro Integral de Abordaje Forense e Identificación de propiedad estatal. Un lugar que, desde ya, se perfila como una pieza clave en el proceso de identificación de los cuerpos de personas desaparecidas en el país.
El inmueble, que alguna vez perteneció a un reconocido narcotraficante y que fue incautado por el Estado, ahora será transformado en un centro de esperanza para miles de familias víctimas del conflicto armado en Colombia.
«Transformamos un símbolo del crimen en un espacio para la verdad y la reparación. Esta entrega representa el uso más digno que puede tener un bien incautado al narcotráfico», afirmó Amelia Pérez Parra, presidenta de la SAE.

Este nuevo centro será una pieza estratégica para enfrentar uno de los retos más dolorosos que dejó la guerra: la desaparición de más de 126.000 personas en acciones del conflicto armado. El inmueble se suma al primer centro que fue inaugurado en Medellín, en el primer semestre de este año, y permitirá fortalecer el trabajo conjunto entre la UBPD y el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
«Mencionamos que el reto de este año iba a ser la identificación, una labor en la que avanzamos de manera articulada con el Instituto de Medicina Legal. Sin embargo, resulta fundamental acelerarlo y brindar respuestas a las familias que llevan décadas buscando a sus seres queridos desaparecidos», afirmó Luz Janeth Forero Martínez, directora de la UBPD.
En esta bodega, que antes pudo haber sido centro de operaciones del narcotráfico, se instalará un moderno sistema de análisis forense con enfoque humanitario.

Cerca de 25 expertos, que incluyen médicos, antropólogos, odontólogos, criminalistas y asistentes forenses, serán los encargados de dar paso al proceso que puede cambiar la historia de miles de familias colombianas: apertura de casos, estudio de cuerpos, toma de muestras genéticas y consolidación de información que permita devolver, con dignidad, a los desaparecidos.
La SAE, que administra bienes incautados al crimen organizado, ha venido apostando por darle un nuevo sentido a esas propiedades. Se espera que en los próximos meses otros Centros de Abordaje se pongan en funcionamiento en distintas regiones del país, reafirmando el compromiso del Estado con la verdad, la justicia y la reparación.