Las personas dadas por desaparecidas del Magdalena Caldense han sido buscadas por sus seres queridos y las organizaciones sociales del territorio muchos años antes de la llegada de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD); son precisamente estas acciones las que la han impulsado a avanzar para contribuir a aliviar su sufrimiento.
Una de las mayores amenazas para la búsqueda es que los cementerios y lugares donde pueden estar las personas dadas por desaparecidas sean destruidos antes de que se realice la recuperación de los cuerpos que allí se encuentran y que no han sido identificados.
Por eso, el Movimiento Nacional de Víctimas de Estado (MOVICE), buscando proteger estos sitios de interés forense, le solicitó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que declarara medidas cautelares (mecanismos de protección adoptados por un juez o una autoridad competente para proteger los derechos o las propiedades mientras se lleva a cabo un proceso judicial) sobre 16 lugares, algunos de estos en el Magdalena Caldense.
Septiembre 2018
Las organizaciones territoriales del Magdalena Caldense, la Fundación para el Desarrollo Comunitario de Samaná (FUNDECOS), el Centro de Estudios sobre Conflicto, Violencia y Convivencia de la Universidad de Caldas (CEDAT) y el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (EQUITAS) no solo habían estado documentando casos de desaparición en el Magdalena Caldense desde hacía varios años, sino que habían estado acompañando a las familias buscadoras.
Este trabajo fue clave para que, a finales del 2018, las organizaciones le entregaran 85 solicitudes de búsqueda a la UBPD.
Diciembre 2018
Con estas solicitudes, la Unidad de Búsqueda adelantó los primeros diálogos e inició un proceso de investigación en el que se revisó la información que había sobre estos casos en el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (SIRDEC), el cual contiene gran parte de los datos de las personas dadas por desaparecidas y de los cuerpos no identificados en el país.
A la vez, se avanzó en la protección de los lugares donde podía haber cuerpos de personas dadas por desaparecidas, solicitada por el MOVICE. La JEP, a través del Auto 034 del 2019, ordenó un diagnóstico del cementerio San Agustín de Samaná.
Agosto 2019
Con la cooperación internacional de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD), EQUITAS, CEDAT y FUNDECOS continuaron documentando los casos, acompañando a las familias y recogiendo información valiosa para la búsqueda. En febrero del 2020, las tres organizaciones le entregaron a la Unidad de Búsqueda 103 solicitudes más y propusieron un plan regional integral de búsqueda.
Febrero 2020
Con el propósito de cumplir con la orden de la JEP de realizar un diagnóstico del cementerio San Agustín en Samaná, el grupo de apoyo técnico forense de esta misma entidad fue a conocerlo, entrevistó a personas del territorio y buscó en archivos locales información que ayudara a entender las particularidades del cementerio.
Con este análisis, se consideró que habría unas 25 bóvedas y una fosa en tierra donde podrían encontrarse estructuras óseas por recuperar; cuerpos que, cabe decir, estaban en riesgo de ser trasladados a bóvedas compartidas llamadas ‘osarios comunes’.
Febrero 2020
La pandemia del COVID-19 dificultó las intervenciones, pero la búsqueda no se detuvo.
La UBPD llegó al territorio y creó un grupo interno de trabajo territorial con un equipo interdisciplinar en La Dorada, Caldas.
Marzo 2020
Abril 2020
La madre buscadora de una de las personas dadas por desaparecidas, cuya solicitud formaba parte de esta región, falleció.
Esta situación hizo evidente la necesidad de garantizar agilidad en la realización de acciones humanitarias para dar respuestas sobre la suerte y el paradero de estas personas.
Agosto 2020
La Unidad de Búsqueda inició entonces la planificación de la intervención en el cementerio de San Agustín de Samaná.
El objetivo no era únicamente recuperar los cuerpos del cementerio, sino también dialogar con las familias, tomar muestras biológicas, buscar más información en los archivos locales y hablar con personas que quisieran aportar información.
Para esta intervención integral, la Unidad de Búsqueda se preparó desde La Dorada, Barrancabermeja y Bogotá, de las siguientes formas:
Octubre 2020
Después de meses de preparación, el 25 de octubre del 2020 inició la intervención integral en Samaná, liderada por los equipos de la Unidad. Fueron 15 días de trabajo en el casco urbano de Samaná y en algunos de sus corregimientos, de la mano con las organizaciones sociales, la personas que buscan y los diferentes actores del territorio.
Interactúa con el mapa para explorar la acción integral de búsqueda
Plaza central
Estación de bomberos
Sede Fundecos
Hospital
Cementerio de San Agustín
Corregimiento de San Diego, Florencia y Berlín
Aprendimos: Que la información necesaria para buscar a las personas dadas por desaparecidas puede encontrarse en cualquier lugar: en las plazas, en los pasillos, en las trochas e incluso en las conversaciones cotidianas. ¡Es fundamental estar atentas a cualquier detalle que pueda abrirnos nuevos caminos!
7 de noviembre
La Unidad de Búsqueda junto con las organizaciones del municipio realizaron un acto público en la plaza central para concluir la intervención y explicar a la población qué iba a pasar con los cuerpos trasladados. En este evento, se presentó la Galería de la Memoria, iniciativa liderada por la organización FUNDECOS.
Al observar la Galería de la Memoria, algunas personas expresaban espontáneamente: '¡Yo conocía a esa persona!' y comenzaban a proporcionar detalles sobre ellas y/o sobre lo que les había sucedido. Otras personas se acercaban a este espacio, gracias a que se habían enterado recientemente sobre la Unidad, entregándonos nuevas solicitudes de búsqueda.
Aprendimos: Que los archivos de hospitales, alcaldías, bomberos, cementerios, entre otros, contienen información crucial para avanzar en la búsqueda de personas desaparecidas. Estos archivos están en peligro de perderse, por lo que es necesario cuidarlos, preservarlos y recuperarlos lo antes posible. En definitiva, constituyen una pieza central en el proceso de búsqueda.
3 de noviembre
El equipo de la Unidad de Búsqueda recolectó información de las minutas de los bomberos, quienes durante el conflicto armado, debido a su labor, recibían información sobre personas desaparecidas y cuerpos no identificados.
Aprendimos: Que durante una intervención, pueden llegar personas con información clave para la investigación humanitaria y extrajudicial. Además, pueden acercarse personas buscadoras que necesitan entregarnos información y que quizás estén buscando a las mismas personas que la Unidad de Búsqueda ya está investigando. Por ello, necesitamos estar preparadas y contar con suficiente personal para no perder ninguna oportunidad de avanzar.
Aprendimos: Que el trabajo articulado con las organizaciones territoriales nos proporciona herramientas adicionales para la búsqueda, ya que estas organizaciones conocen el territorio y son reconocidas por la comunidad. Además, en casos como estos, estas organizaciones facilitaron el acompañamiento psicosocial a las familias que la Unidad de Búsqueda no podía brindar. Por lo tanto, la preparación de estas intervenciones requiere un trabajo conjunto, respetuoso y claro entre la Unidad de Búsqueda y la sociedad civil.
Gracias a la organización FUNDECOS, uno de los equipos de la Unidad de Búsqueda tuvo un espacio para llevar a cabo diálogos Iniciales y recibir solicitudes de búsqueda de las personas interesadas en iniciar el proceso. Algunas de ellas lo hicieron porque conocían a la organización y se sentían confiadas en ella. Además, durante los últimos días de la intervención, se tomaron muestras biológicas para contribuir a la búsqueda.
Aprendimos: Que debido a la llegada inesperada de más personas interesadas en aportar en el proceso de búsqueda, por medio de su muestra biológica o una nueva solicitud de búsqueda, es crucial que seamos flexibles y comprensivos al atender a todas las personas que se acerquen durante el desarrollo de las intervención.
26 - 28 octubre
Durante tres días, más de 40 personas buscadoras acudieron al hospital de Samaná. Además de proporcionar información sobre la apariencia física de sus seres queridos desaparecidos, también acudieron para dar muestras biológicas mediante la recolección de saliva, (este proceso es importante porque facilita el análisis de los cuerpos y la identificación de sus identidades). Así mismo, el equipo de la Unidad explicó el procedimiento de búsqueda y respondió las preguntas de las y los asistentes.
5 noviembre
Se revisaron los archivos del hospital de Samaná, y se hizo un llamado sobre la necesidad de buscar información en los demás archivos del corregimiento. Es importante señalar que las necropsias de los hospitales son el resultado del proceso de examinación de los cuerpos poco después del fallecimiento. Estas proporcionan información muy importante para la búsqueda, debido a que pueden revelar información significativa sobre tatuajes, marcas cutáneas, estado de la ropa, y detalles sobre la causa de muerte tales como heridas o restos de proyectiles.
Aprendimos: Que es crucial proteger y mantener en sus bóvedas individuales los cuerpos no identificados en los cementerios, ya que trasladarlos a bóvedas colectivas (o osarios comunes) representa un desafío considerable para su identificación, debido a la dificultad para diferenciarlos. Por ello, la Unidad de Búsqueda está desarrollando una metodología para abordar los osarios comunes, pero enfrenta varios retos significativos en términos de personal, conocimientos, tiempo, tecnología y recursos.
27 octubre-6 noviembre
Durante 10 días, el equipo forense de la Unidad de Búsqueda, acompañado por EQUITAS, CEDAT y FUNDECOS, trabajó en 26 lugares donde podrían haber cuerpos de personas no identificadas. La mayoría de estos cuerpos estaban en bóvedas individuales, mientras que otros se encontraban enterrados directamente en la tierra.
Como resultado de este trabajo, se recuperaron 22 cuerpos de las bóvedas y 2 cuerpos de una fosa en tierra. Varios de los cuerpos estaban en buen estado de conservación, gracias a la protección de las bóvedas, lo que permitió suponer que su análisis e identificación sería más fácil. Además, las familias de las tres personas, cuya identidad se tenía hipótesis, acompañaron la recuperación de los cuerpos. Durante este proceso, hicieron preguntas y recibieron apoyo emocional por parte de EQUITAS y FUNDECOS.
27 octubre-6 noviembre
Durante los días de intervención en el cementerio, llegaron personas interesadas en lo que estaba ocurriendo. Fueron recibidas por miembros del equipo de la Unidad de Búsqueda, varias de estas personas presentaron solicitudes de búsqueda y algunas también aportaron muestras biológicas. En este proceso, una familia llegó buscando a su ser querido desaparecido, quien presuntamente estaba en el cementerio. Coincidentemente, el cuerpo de la persona que buscaban estaba siendo recuperado en esos días, lo que les permitió participar en la recuperación.
7 noviembre
En los últimos días de la intervención, el equipo forense de la Unidad caracterizó el osario común del cementerio. De esa acción, se estimó que en este osario podrían haber entre 500 y 600 cuerpos mezclados, de los cuales aproximadamente entre 87 y 116 podrían ser de interés para la investigación. Sin embargo, debido a la complejidad de este lugar, aún no ha sido posible abordarlo en su totalidad.
Aprendimos: Que como Estado debemos llegar a todos los lugares necesarios para garantizar los derechos de quienes buscan a sus seres queridos, especialmente aquellos que, por enfermedad o edad, no pueden desplazarse a los cascos urbanos para ser atendidos. La implementación de enfoques diferenciales en nuestras acciones ha sido importante para no dejar a nadie atrás y generar un impacto significativo en las personas que históricamente han sido vulneradas en sus derechos: "Aquí nunca ha llegado ninguna entidad del Estado, aquí lo único que llegó por muchos años fueron los grupos armados. Es la primera vez que por acá pasa una institución”.
31 octubre-6 noviembre
Parte del equipo de la Unidad de Búsqueda se trasladó a los centros de salud y a los salones comunales de los corregimientos de San Diego, Florencia y Berlín. Se recibieron a más de 100 personas que querían aportar su muestra biológica y sus recuerdos sobre la apariencia física de sus seres queridos desaparecidos. Algunas personas que se acercaron a la UBPD tanto en el hospital como en los cementerios tenían cita, pero otras llegaron de forma inesperada. Por lo que tuvimos que acomodar nuestras agendas y planes para atender a la mayor cantidad de personas posibles. Como Unidad de Búsqueda aprovechamos para acercarnos a los sacerdotes, sepultureros y corregidores, y con esto avanzar en nuestra investigación.
Durante la recuperación de cuerpos en el cementerio, el equipo forense, mirando el archivo de este, encontró el posible apellido de uno de los cuerpos que estaban recuperando. Este apellido coincidía con una familia de una vereda donde otro equipo de la Unidad estaba recolectando muestras biológicas y hablando con personas buscadoras. El equipo forense se comunicó con este otro equipo y les pidió que localizaran a la familia en cuestión. Con la ayuda de la corregidora, se identificó a un familiar en la vereda. Al acercarnos a hablar con este familiar, un señor mayor, inicialmente se mostró reticente y temeroso de la estigmatización por parte de una entidad estatal. Sin embargo, gracias a la mediación del equipo, logramos dialogar con él, registrar su solicitud de búsqueda y tomar su muestra biológica para verificar si el cuerpo recuperado pertenecía a su hijo desaparecido.
Después de cada intervención es necesario continuar el proceso de investigación y análisis de información. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses tiene la tarea de analizar los cuerpos y comparar su información con la recolectada a través de las muestras biológicas.
Después de la intervención se generaron muchas preguntas
para resolverlas
Se reunió la información entregada por las organizaciones y la recolectada en la intervención
Se hizo el seguimiento de los avances de medicina legal en el análisis de los cuerpos recuperados, que inició el 29 de enero del 2021
Se construyó el plan regional de búsqueda del Magdalena Caldense para entender la desaparición en el región y planear nuevas acciones.
Se completó la información necesaria para que Medicina Legal agilizara la identificación de los cuerpos.
Se revisó la información de la JEP. Las organizaciones y de los archivos de justicia penal militar.
Después de 10 meses de espera -entre julio y septiembre del 2021-, el instituto de Medicina Legal confirmó la identidad de 5 cuerpos:
Tres de las personas se encontraban registradas en las solicitudes de búsqueda entregadas por las organizaciones territoriales y cuyas familias estuvieron presentes en la recuperación.
La familia de una de las personas encontradas llegó durante la intervención al cementerio preguntando por su ser querido desaparecido y allí aportaron sus muestras biológicas
Se confirmó la identidad del cuerpo recuperado en el cementerio cuyo padre aportó su muestra biológica a pesar de su desconfianza y temor.
Gracias a la toma de muestras biológicas que se realizó durante la intervención integral al municipio de Samaná se encontró, por medio de los cruces del banco de perfiles genéticos, que el cuerpo del ser querido de una de las personas buscadoras de este municipio había sido recuperado por otra institución años antes en Caquetá.
Una persona fue encontrada por medio del Banco de perfiles genéticos. Su familia ya había dado su muestra biológica años antes, pero gracias al banco se confirmó que el cuerpo estaba en el cementerio de San Agustín.
Aprendimos: Que durante el proceso de búsqueda hay momentos en los que es posible realizar acciones solidarias para localizar a varias personas. Por ejemplo, revisar archivos locales o consultar con un aportante de información sobre varios casosvinculados al mismo grupo armado.
No obstante, también aprendimos que hay momentos donde debemos realizar acciones para abordar cada caso de manera individual, como por ejemplo, hablar con una familia para corroborar alguna información relacionada con un posible cuerpo.
Aprendimos: Que en el proceso de búsqueda, la información muchas veces no coincide: fechas, recuerdos, documentos, versiones de amigos, familiares, vecinos y compañeros, así como las anotaciones de la persona que examinó el cuerpo, etc.
En algunas ocasiones estas discrepancias son errores, pero en otras, estas diferencias son el reflejo de acciones intencionadas para esconder la verdad sobre los cuerpos. Estas diferencias pueden ser parte de una estrategia deliberada para mantener a las personas desaparecidas.
Después de la confirmación de identidad realizada por Medicina Legal, se realizaron diálogos con las personas buscadoras y las organizaciones para confirmar también la identidad de sus seres queridos, reconocer sus aportes en la búsqueda y resolver dudas sobre el proceso técnico-científico de identificación: qué información se usó para la identificación, cuál fue el papel de los insumos entregados por cada familia y cómo se utilizaron las muestras biológicas que aportaron los familiares.
Actos simbólicos y religiosos
Aprendimos: Que los actos simbólicos y religiosos en las entregas dignas y culturalmente pertinentes deben reflejar y respetar las creencias y deseos de las familias, comunidades y territorios. La participación de lideresas y líderes religiosos debe ser cuidadosamente coordinada para asegurar que sus discursos y acciones contribuyan a la dignificación, la reparación y el alivio del sufrimiento. La organización de ceremonias religiosas o actos simbólicos debe adaptarse a las preferencias familiares, garantizando los elementos necesarios para su realización. Además, se debe considerar la posibilidad de procesiones u otros rituales comunitarios para reforzar la conexión cultural, territorial y emocional de la ceremonia.
Aprendimos: Que la presencia de niños y niñas en las entregas dignas y culturalmente pertinentes requiere una planificación específica para atender sus necesidades contextuales, emocionales y psicológicas. Es crucial crear metodologías y espacios diferenciados que les permita participar, considerando su bienestar, su derecho a la memoria y el reconocimiento como sujetx políticx que aporta a la búsqueda. La inclusión de actividades y apoyo especializado proporciona un entorno protector y comprensivo que puede ayudar a los y las niñas a procesar la experiencia de una manera segura.
Aprendimos: Que reconocer y valorar el proceso de búsqueda realizado por las familias es un componente vital de las entregas dignas y culturalmente pertinentes. Este reconocimiento debe incluir una narrativa que resalte los esfuerzos, la memoria y la perseverancia de las familias, así como una explicación detallada de las acciones técnicas y científicas llevadas a cabo. Es esencial que las familias se sientan acompañadas y respetadas en su lucha por la verdad y la justicia, lo que puede lograrse a través de una comunicación clara, transparente y empática durante todo el proceso de entrega.
Aprendimos: Que los actos de recordación durante las entregas dignas o culturalmente pertinentes, fomentan la dignificación de la persona desaparecida a través de la evocación de anécdotas y características personales. Este espacio permite a las personas reunidas compartir recuerdos significativos, combinando lágrimas y risas. La utilización de fotos, videos, o incluso objetos especiales, como un balón de tela con el que jugaba, refuerza la conexión emocional y mantiene viva la memoria del ser querido. Estos momentos de remembranza no sólo honran la vida de la persona, sino que también brindan consuelo y fortaleza a las familias y la comunidad.
Aprendimos: Que la llegada del cuerpo es un momento complejo en las entregas dignas y culturalmente pertinentes y debe ser manejada con la máxima sensibilidad y respeto. Este momento debe tener un acompañamiento psicosocial que prepare emocionalmente a las familias y les permita expresar sus sentimientos y preguntas de manera segura y respetada. Es fundamental proporcionar un espacio privado y adecuado para que las familias puedan recibir el cuerpo de sus seres queridos, acompañado de una explicación técnico-científica clara y comprensible del proceso de identificación.