Soy Yaneth Ramírez Suárez. Nací en agosto de 1979, en el departamento del Meta, en los Llanos Orientales de Colombia. Mi familia y yo teníamos una buena vida en la finca, donde siempre estaba acompañada por mis hermanas y mis amigos de la vereda. Recuerdo con cariño a los animales que criaba mi papá.

Me llamo Arnobia del Socorro Gutiérrez. Mi hija tenía 15 años cuando tres hombres armados llegaron a nuestra casa, en la Comuna 13 de Medellín, y se la llevaron.

A mi niña, Natalia Andrea Cartagena Gutiérrez, le gustaba mucho estudiar y hacer deporte. Jugaba fútbol y le encantaba pasear con las amigas. Nunca perdió un año de estudio. Estaba en octavo grado, pero nuestras vidas cambiaron en octubre de 2001.

Juan Guillermo Monsalve Arias, mi hijito Juangui, nació en julio de 1981, en Medellín. Por ese entonces, vivíamos con mi esposo y Juangui en un barrio cercano al jardín botánico de la ciudad. Mi hijo, desde muy pequeño, se dedicó a andar en las calles, especialmente por los lados de la catedral. Allí vendía confites, inciensos y esquelas, y también cuidaba y lavaba carros.

Mi hermano Alexander nació en 1991. Él era menor que yo y mucho más cercano a mis otros hermanos. Tuvimos una infancia muy bonita. De niños, vivíamos en un pueblo del departamento de Caldas, y como en la finca no había mucha plata, nos las arreglábamos para hacernos los juguetes, como pelotas y carritos, con los materiales que encontrábamos por ahí.

Mi nombre es Belén. Nací en 1983. Fui una niña feliz que estudiaba, jugaba en el campo y compartía con los míos. Los primeros diez años de mi vida estuve a cargo de mi abuela y de una tía materna, en un pueblo de Antioquia.

A los 13 años, cuando por fin vivía con mi mamá biológica, un grupo armado me obligó a ingresar a sus filas. Por desgracia, fui sometida a varios abusos que también sufrió Melissa, otra chica de 16 años que, como yo, fue obligada a formar parte de ese grupo. Con ella compartía todos los días.